Transformación y «fervor» de Jorge Luis Borges

  • Hace justo 90 años, Borges escribió su poemario Fervor de Buenos Aires, el cual, lejos de ser ultraísta, se trata de un texto perfectible hecho a contracorriente de las modas del momento en ese 1923

Por Alizbeth Mercado (@alizbeat)

Distrito Federal, 22/04/13, (N22).-
Todo
gran escritor como fue Jorge Luis Borges tiene una serie de etapas donde va buscando su
propia voz poética, este registro de variantes muestra las decisiones que tomó.
Ningún escritor escribe de forma correctísima desde el principio. Borges fue
quemando etapas y si no construimos mitos con fisuras, mitos marmoleos; creo
que a Borges no le hubiera gustado esa visión acrítica”, comentó el doctor
Rafael Olea Franco, profesor investigador del Colegio de México.


Tras cumplirse 90 años de la
primera edición del poemario Fervor de
Buenos Aires
, (libro primigenio de Jorge Luis Borges), el Instituto
Cervantes en Nueva York, decidió conmemorar  esta fecha con la reedición del título. El
libro forma parte de la colección “Poetas y ciudades”; fue editado por Pedro
Tabernero y cuenta con ilustraciones de Pablo Racioppi.


El Instituto Cervantes
anunció que la edición conmemorativa contiene los poemas originales, lo que
significa una novedad, ya que a través de los años, el libro tuvo un gran número de correcciones, que no fueron reconocidas abiertamente por el escritor
argentino. No obstante resulta notorio el cambio en los poemas de Fervor de Buenos Aires. La versión
conocida hasta ahora es la que terminó en los años 70, no la que realizó en
1923.


“Lo que caracteriza la
versión de 1923, es que tenía un prólogo que se redujo radicalmente al último
párrafo de ese prólogo original, y dice que “la función del lector y escritor
es intercambiable” y de una manera elegante dice “pido disculpas a los lectores, porque he expresado antes que ellos, lo que está en esos versos”, explicó Olea.


En la versión original había
una fuerte defensa de la representación de la capital argentina, rechaza una
visión contemporánea que es la Buenos Aires tumultuosa del centro y de cambios vertiginosos entre 1830 y 1920, dijo el investigador. “No he
modificado este libro, he limado sus asperezas, pero el viejo que escribió
sigue siendo esencialmente el joven”. Dijo Borges en el prólogo y con estas palabras hizo un juego. 

En las líneas siguientes, el
doctor Olea identificó varios elementos para señalar las diferencias entre la
edición del 23 y la definitiva. También obsequió a N22 un documento que detalla
las diferencias (puede consultarse al final de la nota).


El
transeúnte y la ciudad


Después de una larga estadía
en Europa, Jorge Luis Borges reunió las visitas a su patria y a manera de
diario viajero realizó un poemario. La compilación tuvo el nombre Fervor de Buenos Aires y en 1923 fue
editada. Se trata de un encabalgamiento de imágenes que
describe calles, patios, casas y arrabales.


“Borges es muy consciente en
23 de que su representación poética de la ciudad va a causar una reacción
negativa en algunos que no reconocerán Buenos
Aires en su poesía, y así sucedió”, dijo el doctor Olea y continuó: Las primeras
recepciones fueron dos.


1)   
La primera es que esa no es la Buenos Aires
(BsAs) que conocemos, porque Borges, al mismo tiempo que le daba la espalda a la
ciudad moderna y se centra en una visión pasatista de BsAs que más o menos
andaría en la BsAs de fines del siglo XIX. En un texto prosístico lo dijo: es una
Buenos Aires horizontal no vertical, anhelaba esta ciudad.


2) La segunda reacción fue por factores estético-literarios, por aquellos que se consideraban correligionarios de Borges en el
uso del ultraísmo y como lo dijo Guillermo de Torri, que Borges había dejado de
ser ultraísta con el primer libro que publicó.


Fueron reacciones
complementarias de negatividad y también hubo positivas, por quienes compartían
el rechazo a la ciudad de BsAs moderna, donde
se deja sentir la influencia enorme de la población migratoria y al mismo tiempo
la mezcla de expresiones lingüísticas del español y otras lenguas.


Las categorías: del vos al tú

Durante la transición
dialéctica de los poemas, se advierte un signo inequívoco de universalidad del
lenguaje, o al menos un deseo por uniformar las formas del castellano. El
doctor Olea explicó que el voseo (la forma vos), viene en Luna de enfrente de 1925, la década del 20 es una época de experimentación.


En Fervor de Buenos Aires, Luna
de enfrente
y Cuaderno san Martin,
sus tres poemarios se nota cómo la vertiente poética de Borges se va agotando. Es
una poesía que renuncia a la construcción de formas estróficas tradicionales y
tenemos verso libre. Desde el prólogo renunció a buscar rimas, no buscó ni constantes
o asonantes; aclaró que «si el lector encuentra rimas en el poemario, el español tiene inevocabilidad de las vocales, que se repitan en posición
tónica”.


En ese momento no está
experimentando con expresiones de carácter regional como son las del voseo,
pero en Luna de enfrente  construyó una nueva forma, a partir del voseo cambió al tú:
Calle
Serrano vos ya no sos la misma que antes
Se transforma enCalle
Seranno ya no eres la misma de antes.



Asimismo, Borges retomó una
especie de lenguaje arcaico con expresiones de los Siglos de Oro españoles. “Borges
admiraba en esa época a Quevedo, alababa el manejo extraordinario del español
en todas sus variantes, decía que Quevedo manejaba el español que provenía de la
variante latina más clara hasta otros registros, Borges buscó arcaísmos, pero en otros textos utiliza
expresiones locales e incluso hace experimentos arriesgados como eludir la
consonante  en voces agudas como en bondad y bonda”.





Ultraísmo

Los poemas de Fervor realmente son escritos más o
menos dos años antes de su publicación en junio de 1923 y Borges rescata poco
de lo que escribió en su etapa ultraísta durante su estancia en España. Una de
las cosas que se nota más de la propuesta es la construcción de poemas de una
intencionalidad vertical, enfilamiento de imágenes que se yuxtaponen
como alma desdibujada, cada verso tiene punto final,  abundó el
investigador.


Muchas opiniones tipifican
el poemario como ultraísta, no obstante para Olea, Borges nunca perteneció a
esta corriente, en realidad fue experimental.


“Viene un desmentido a la
práctica ultraísta que Borges había difundido en Argentina, porque él dijo que
una de las característica del ultraísmo era el abandono del confesionalismo y
cirscunstanción (neologismos que le gustan), es decir, la confesión del sujeto lírico.
Desde mi punto de vista no fue vanguardista, fue experimental, y uno de los rasgos
es su rechazo permanente a meter lo que él llamaba cachivaches de la modernidad
como autos y gasómetros”.  


Sujeto
lírico



Por otra parte, para Olea el
sujeto lírico (el narrador, quien escribió los poemas) en Fervor, lo ha identificado con un símil, con el
famoso Flaneur de Buaduelaire, un caminante de la ciudad moderna que se desplaza
y construye su poesía a partir de lo que logra ver de lo que es una modernidad extasiada.


“El andante de Borges camina
hacia la frontera, donde empieza la
pampa, porque según los registros esa división con la ciudad cosmopolita no era
tan diáfana, y hay esa confluencia.  Borges siente que esa zona es apropiada y
ambigua, no es la ciudad céntrica, el centro lleno de multitudes, pero tampoco
el campo. Hubo varios términos que usó en la época que fue suburbio, orillas o
arrabal”.


Juego
retórico de gauchos


Borges, en un poema de 1925, recuerda
a sus antepasados del campo y los construye como héroes militares durante la
lucha de construcción de la patria y él dice que sólo es un pueblero, porque no
sabe de la lucha. Pero es un juego retórico, porque igualmente en varios poemas
de Fervor canta a sus antepasados militares con esta idea de grandeza ‘y yo soy
menor’, sin embargo está reivindicando: “tú fuiste el héroe, pero no existirían
las hazañas si no las registrará”, sin Homero, no sabríamos de Ulises.


“Sean mitos o no el registro
de carácter literario es necesario, cuando Borges canta a sus antepasados lo
hace porque no existirían ellos si no los cantara de forma hiperbólica en sus
textos. Reivindica su función como
poeta, que es cantar a los héroes”, agregó.


¿Por
qué compararlo?


Rafael Olea junto a con Antonio Cajero del Colegio de San Luis, se encuentran trabajando en un proyecto
comparativo entre las ediciones de Fervor
de Buenos Aires
a partir de una tesis doctoral que hizo Cajero en El Colmex.


«Aspiramos a una corrección
de esa percepción de Jorge Luis Borges para que haya la posibilidad de que se
tenga conciencia plena de esa evolución y se dejen de cometer ciertos errores,  Hay quien retoma los versos de la edición de Obras Completas editadas
por Emecé y dicen que es el de 1923 cuando es el de 1975. Pensamos que no es
legítimo que se haga esta adjudicación acrónica».

Olea Franco es
profesor de tiempo completo del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de
El Colegio de México, donde se especializa en el estudio de la obra de Jorge
Luis Borges y de la narrativa mexicana de los siglos XIX y XX. Es también
profesor de asignatura en el Posgrado en Letras de la UNAM. 

13MAG 

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