- Se llevará a cabo hasta el 29 de julio en diversas sedes. Participarán narradores de Panamá, Cuba, Argentina, España, Camerún y México
DISTRITO FEDERAL, México, 23/07/12,(N22/Conaculta).-
Desde que los hombres primitivos se sentaban alrededor del fuego para escuchar las historias de los cazadores y de los ancianos de la tribu, la narración oral ha representando el principal medio para transmitir el conocimiento, las tradiciones, así como las cosmogonías e historias fantásticas que se tornan metáforas de la vida del hombre.
Este domingo 22 de julio fue inaugurado en el Palacio de Bellas Artes, el XXIII Festival Internacional de Narración Oral Cuéntalee: las Voces de la Oralidad y la Literatura, que se llevará a cabo hasta el 29 de julio en diversas sedes, reuniendo a narradores de Panamá, Cuba, Argentina, España, Camerún y México.
El encuentro es realizado con el apoyo del Conaculta, a través de la Coordinación de Literatura del Instituto Nacional de las Bellas Artes y el Foro Internacional de Narración Oral (Fino), con el propósito de mostrar los fuertes vínculos que existen hoy en día entre la narración oral y la literatura.
En la ceremonia inaugural, realizada en la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, estuvo presente Armando Trejo, director de Fino, y donde se entregó el Primer Reconocimiento FINO-México a María Eugenia Llamas La Tucita, por sus más de cinco décadas como actriz y narradora oral.
«Nuestro festival cumple 23 años, de evocar los cuentos y leyendas que la oralidad nos provee, siguiendo la tradición de este oficio milenario iniciado por el cuentero y el juglar. Para que exista este festival sólo hace falta el otro, el público, quien nos ha prestado sus oídos a lo largo de los años», afirmó Armando Trejo.
En la tardeada, que se convirtió en un encuentro maratónico por la variedad de propuestas, dividida por los temas Cuentos del Universo, Cuenta México, Cuenta Camerún, Cuenta Panamá/Argentina y Cuenta España, destacaron narradores como la premiada María Eugenia Llamas, La Tucita; Marcela Sabio, de Argentina; Gerardo Méndez, de Colombia y Crispín de Olot, de España, así como Boniface Ofogo, de Camerún y Carlos Fong, de Panamá.
Por parte de México, participaron Margarita Heuer, Marcela Romero, Elsa Oralia, Olivia Vera, Pedro Flores, Brisa Rossell, Patricia de la Llama, Israel Rodríguez, Mariana Pedroza y Sara Rojo, quienes ofrecieron narraciones en torno a tradiciones mexicanas, personajes simbólicos, sucesos urbanos y leyendas.
María Eugenia Llamas agradeció el reconocimiento y dijo que como narradora le gusta el contacto con el público, y recordó que cuando comenzó a contar cuentos se dio cuenta que podía entrar a través de las historias a diversos universos.
«Una de mis hijas me hizo el honor de hacerme abuela y entonces decidí convertirme en la abuela de los cuentos y hasta ensayé con esmero mis historias, pero la primera vez que lo hice me encontré con la respuesta tajante de mi nieto ¡Abuela ya cállate!»
María Eugenia Llamas narró entre sus cuentos el titulado Como en las películas francesas, donde un amante prende un cigarrillo, se va sin despedirse y encuentra a su mujer con otro. Compartió también con el público la historia de Pepe, un adolescente al que sus padres le empiezan a cobrar los bienes y servicios de los que goza en su casa, e incluso el cariño, pues por cada abrazo le cobran 25 pesos.
Boniface Ofogo fue otro de los narradores que conquistó al público, quien se remontó al principio de los tiempos cuando en la tierra no existían seres completos, sino sólo había brazos, bocas, pies, manos.
«Un día la boca, que necesitaba comer, le pidió prestado al brazo su arco y flecha para cazar un animal y comienza a unificar las partes del cuerpo humano, para después encontrarse con un viejo diablo que le regalo una Luna. Poco tiempo después la boca y la mano entran en juicio, en donde los sabios ancianos condenaron al brazo a trabajar por toda la eternidad para la boca, y así sigue hasta nuestros días».
Rubén Corbett, de Panamá, fue otro de los narradores que fueron muy celebrados por el público al contar la historia de una madre, considerada por todos una santa, no obstante ser madre del mismísimo Lucifer, a quien trata de encaminarlo en la vida de acuerdo a sus aptitudes.
«Luciferito paso del personal de intendencia a la mismísima dirección del Infierno, recibiendo siempre consejos de su progenitora, quien le aconseja no llevarse las almas de las personas, no hacer tantos males e incluso de poner una rosticería cerca de los terrenos infernales para ganar algún dinero extra».
Otra participante que fue muy bien recibida fue Marcela Sabio, de Argentina, quien recordó aquellas canciones de cuna de la niñez, donde había imágenes tristes como la de un negrito que no le pagan, a pesar de que trabaja y trabaja.
«Esta canción habla de la dura realidad del mundo, pero es celebrada por los reflejos luminosos de los niños que la escuchan, y en eso se basa la magia de las narraciones orales, que al pertenecernos curan todos los males».
El XXIII Festival Internacional de Narración Oral Cuéntalee: las Voces de la Oralidad y la Literatura, se llevará a cabo hasta el 29 de julio, con el apoyo del Conaculta, el Museo Casa de Carranza del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto de Investigaciones Mora, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Casa de la Primera Imprenta de América, el Fondo de Cultura Económica, el Centro Cultural España y Papalote Museo del Niño, para mayores informes consultar la página: www.fino.com.mx/festivales. Entrada gratuita.
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