Vivian Abenshushan y Maritza Buendía discutieron sobre la importancia del ensayo en el encuentro «México escrito por mujeres».

DISTRITO FEDERAL, México,  19/07/12,(N22/Redacción).- 
El ensayo permite explorar el pensamiento, el conocimiento y la investigación, es idóneo para aprender a escribir y encontrar una voz propia, pero sobre todo para entender y alcanzar una idea personal del mundo, comentó la narradora y ensayista, Vivian Abenshushan.
En el marco del ciclo “México escrito por mujeres”, organizado por la Coordinación Nacional de Literatura del INBA/ Conaculta, en la sesión del 18 de julio realizada en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, Abenshushan compartió que de manera personal en el ensayo encontró su voz narrativa por la libertad de pensamiento y escritura que tiene dicho género literario y criticó cómo es empleado en el ámbito académico.
“Empecé a escribir ensayos como una reacción frente a la rigidez de la academia, donde el ensayo ha sido mal entendido. Con mucha frecuencia mis maestros me decían que me ocupaba demasiado por la escritura, el estilo, el lenguaje, el fraseo, cosas por las que se preocupa un escritor”.
En la sesión en la que compartieron opiniones con el público, señaló que el ensayo es un espacio de exploración personal, una forma de agregar al mundo algo que probablemente no se había visto antes. “En el ensayo se trata de equivocarse, de probar una idea, no busca explicar al mundo con una verdad absoluta sino con verdades personales, íntimas. Por eso se convirtió en un género moderno, porque está preso de la duda y el escepticismo”.
Comentó que el ensayo, el cual también dialoga con otros géneros literarios como la novela, es un género subversivo que ve las cosas desde otro lado, donde el ensayista no debe repetir “santamente” las ideas de otros, lo que ocurre con mucha frecuencia en el mundo académico.
“Traicionamos al ensayo cada vez que renunciamos a pensar por nosotros mismos, y decidimos citar libros con las ideas prestigiosas de otros autores o teóricos, en lugar de arriesgarnos a equivocarnos. No importa cual extravagante y extraordinaria parezca nuestra idea, eso es lo mejor para el ensayo”, aseguró.
Pero no todo es bueno y positivo en el ensayo, éste también debe transformarse  pues ha empezado a anquilosarse. “Hay una retórica del ensayo de forma hechas que lo están volviendo una especie de fósil que dialoga cada vez menos con su mundo por lo que también es necesaria su transformación”, abundó.
Para Maritza Buendía, quien obtuvo el Premio Bellas Artes de Ensayo José Revueltas 2011, comentó que el ensayo es uno de los géneros literarios más flexibles y generosos pues conjuga la poesía, la narrativa y cuya diferencia con la academia radica en que el ensayo literario es investigación y que el ensayo académico no es literatura. “En la academia uno renuncia a las preocupaciones estéticas para que sea una investigación formal”, puntualizó.
12AM

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