- Fueron hallados durante trabajos de salvamento arqueológico en Mahuixtlán, en el municipio de Coatepec; ayudará a comprender las costumbres de los grupos que se asentaron en esa zona
Distrito Federal, 03/07/12 (N22).-
En un área de la localidad de Mahuixtlán, en el municipio de Coatepec, Veracruz, destinada a la construcción de vivienda, fueron descubiertos restos de habitaciones prehispánicas y una rica ofrenda compuesta por materiales líticos, que de acuerdo con los arqueólogos, permitirán comprender las costumbres de los grupos que se asentaron en esa zona cercana a la capital de Xalapa, particularmente durante el periodo Clásico, alrededor del año 500 d.C.
Siete meses de trabajos de salvamento arqueológico en esa área de mil 500 metros cuadrados, han puesto en evidencia que en dicha época este sitio se vinculó a Campo Viejo, un lugar a cuatro kilómetros de distancia, en el que se han hallado estructuras monumentales, algunas de 70 metros de largo, 40 de ancho y más de 10 de altura.
“Si partimos de la lógica que Campo Viejo fue un centro de poder político-económico importante, que tuvo un gran desarrollo entre 100 a.C. y 200 d.C., es decir durante parte del periodo Formativo Terminal y principios del Clásico, debemos suponer que contó con unidades satélite y una de ellas pudo ser Mahuixtlán”, explicó Lino Espinoza García, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).
El investigador del Centro INAH-Veracruz y responsable de las labores de salvamento arqueológico, comentó que se han hallado complejos alineamiento de muros, que corresponden al periodo Clásico, así como grandes bloques de piedras que al parecer fueron reutilizadas, y que corresponden a la etapa temprana de Mahuixtlán, vinculada a Campo Viejo.
Esta reutilización de materiales constructivos, dijo, no es indicador de un sometimiento o de una invasión del sitio, sino de un cambio de uso del lugar entre los pobladores de Mahuixtlán, a lo largo de los primeros siglos de nuestra era. En sus etapas tempranas debió ser de tipo cívico-ceremonial, y posteriormente de carácter doméstico.
Espinoza García detalló que uno de los hallazgos relevantes registrados durante el salvamento arqueológico, fue una ofrenda compuesta por un fragmento de orejera, más de 60 navajillas de obsidiana verde, proveniente —posiblemente— del yacimiento del Cerro de las Navajas (cercano a Pachuca, Hidalgo), la parte distal de un cuchillo de 15 cm de largo y una punta de proyectil, ambos manufacturados con dicho mineral vítreo.
De acuerdo con el arqueólogo Rogelio Rascón Azamar, quien encabeza un grupo de egresados de la Universidad Veracruzana que participa en la exploración, este depósito —que dataría del 400 d.C.— se descubrió bajo los cimientos de un altar de 2 x 2 metros cuadrados, y estaba colocado sobre un estrato de material quemado, donde también se encontraron restos óseos carbonizados, quizá de ser humano o de animal, lo que se determinará mediante análisis posteriores.
Para el investigador la procedencia de los objetos líticos habla de las relaciones que Mahuixtlán debió tener con sitios de otras regiones, particularmente del Altiplano Central durante el periodo Clásico.
Otra edificación hallada, es un temazcal de forma circular, cuya fachada está orientada al Pico de Orizaba, y que se estima también se edificó hacia el 400 d.C.
El arqueólogo Lino Espinoza puntualizó que un aspecto que aún se discute, concierne a la filiación cultural de los grupos que poblaron Coatepec en tiempos prehispánicos. “Los estudios que abordan el tema señalan una ocupación totonaca, el problema es que no tenemos los indicadores de esta etnia en los contextos arqueológicos, por ejemplo, la cerámica de pasta fina es de épocas tardías, del periodo Posclásico (1000-1521 d.C.)”.
“Sin embargo, podríamos pensar que se trata más bien de una población local, quizás —y esto habría que soportarlo con evidencia arqueológica— con una filiación mayanse de los periodos tempranos. De manera que habrá que realizar un estudio serio y detallado en toda esta zona, en particular en Campo Viejo, donde los trabajos se han enfocado en la parte habitacional, pero no nuclear y que abarca 25 hectáreas, donde sólo se han hecho pozos de sondeo”.
Tras siete meses de exploración y por cuestiones de conservación, esta zona será nuevamente cubierta y quedará como reserva para la investigación arqueológica, en cumplimiento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.