Investigación demuestra que cáncer se puede transmitir de manera horizontal

CIUDAD DE MÉXICO, México, 05/05/12, (N22).-   Desde hace años, los especialistas
en cáncer saben que esa enfermedad se propaga mediante la transferencia
vertical de genes (modelo Mendeliano); es decir, la célula
tumoral transmite su herencia (ADN) a las células hijas de
manera sucesiva en cada división celular. La progenie de la
célula tumoral es la responsable del crecimiento tumoral y
la formación de metástasis.
Una nueva investigación, encabezada
por Alfonso Dueñas González, del Instituto de Investigaciones
Biomédicas (IIBm) de la UNAM, demostró, por primera
vez en un modelo in vivo, que el ADN circulante liberado
por un tumor es captado por las células de otro tumor en el
mismo animal, lo que incita a este a desarrollarse más, es
decir, induce su progresión.
Tras 12 años de trabajo en la Unidad
de Investigación Biomédica en Cáncer, que el
IIBm tiene en el Instituto Nacional de Cancerología, Dueñas
González y sus colaboradores comprobaron que las células
tumorales liberan a la circulación ADN activo, que participa
en la progresión tumoral.
Por este hallazgo, el universitario recibió
el Premio CANIFARMA 2011 en Investigación Básica, galardón
que desde 1974 otorga anualmente la Cámara Nacional de la Industria
Farmacéutica.
Transmisión horizontal del ADN
En la naturaleza, el material genético
puede intercambiarse entre células y organismos de diferentes
tipos. Por ejemplo, existe intercambio de ADN de virus a bacterias,
de bacterias a plantas, y de bacterias a animales, en un proceso llamado
transmisión lateral u horizontal del ADN.
“Nosotros pensamos que si hay un tumor
maligno en el cuerpo, puede liberar ADN hacia la circulación,
mismo que se introduce y logra la transformación maligna de
otras células que ya estaban dañadas, pero que todavía
no se habían convertido en cáncer. O bien, que si ya
había micrometástasis (metástasis muy pequeñas,
clínicamente no identificables), el ADN liberado del tumor
primario induce a las micrometástasis a crecer. A esto lo llamamos
progresión horizontal del cáncer. Es lo que hemos demostrado
en nuestro laboratorio”, explicó Dueñas González
en entrevista.
El proyecto, de 12 años, ha sido largo
porque experimentalmente es muy difícil demostrar este fenómeno.
“En el modelo más demostrativo
usamos ratas a las que se les administró un carcinógeno
(para que les produjera tumores en el colon). Posteriormente, a un
grupo de ellas se les inyectaron células de cáncer de
colon humano en el dorso (que en una semana desaparecen porque la
rata rechaza las células humanas).
“Después de algunos meses, lo
que observamos fue que las ratas que habían recibido las células
humanas malignas desarrollaron tumores colónicos de más
tamaño, en mayor número, y que infiltraban a otros órganos
en comparación con las que habían recibido solamente
el carcinógeno. En el momento que analizamos los tumores, comprobamos
con diversas técnicas que las células del colónico
de las ratas (inyectadas con las células malignas humanas)
habían adquirido secuencias de genes humanos.
“Con eso demostramos que el ADN liberado
del tumor humano se introduce y estimula el crecimiento de los de
la rata, de manera horizontal”, detalló.
“Esto significa, transpolando los hallazgos
a un escenario hipotético en el humano, que el tumor primario
libera ADN, que hace progresar al cáncer mediante la generación
de tumores secundarios o con la inducción a las micrometástasis
a crecer con mayor rapidez”, señaló.
Dueñas aclaró que los métodos
actuales basados en microarreglos de expresión o secuenciación
no son lo suficientemente finos para discernir, en todos los casos,
si un tumor «metastásico» es en realidad una metástasis,
o un segundo tumor primario.
“Con este trabajo ponemos en perspectiva
que este fenómeno de propagación horizontal del cáncer
por el ADN circulante puede suceder en vivo, y esto tiene implicaciones
terapéuticas”, precisó.
Detener al “circuloma”
En su estrategia sobre esta línea
de investigación, Dueñas no se centra en las terapias
clásicas dirigidas al tumor, sino en detener al ADN circulante
o “circuloma”.
“La idea es, en un futuro, poder modificar
este ambiente en la circulación, de manera favorable, para
que se reduzca o desaparezca el tumor”, adelantó el investigador,
quien avanza hacia una estrategia de tratamiento antitumoral por esta
vía.
Foto: http://bit.ly/LGra9t
12MAG

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