Redacción/CDMX.
Muchos fármacos recetados o de venta libre funcionan diferente en las personas que son obesas, incluso los medicamentos que consumen, rara vez se prueban en organismos como los suyos.
Esto debido a que no es obligatorio que esta población sea incluida en los estudios farmacológicos.
Christina Chow, investigadora farmacéutica, mencionó que “las pruebas clínicas y las dosis no siempre garantizan que los medicamentos sean seguros y eficaces para personas con obesidad”.
Históricamente, ciertas poblaciones han sido excluidas de las pruebas por miedo a los daños, entre ellas las personas embarazadas y los niños.
Las razones para excluir a las personas con obesidad son variadas, afirma la doctora Caroline Apovian, investigadora del Brigham and Women’s Hospital de Boston.
Además, agrega que “los pacientes con obesidad tienen muchas más comorbilidades que los demás. Tendrán más diabetes, más cardiopatías, más accidentes cerebrovasculares”.
Algunos fármacos pueden concentrarse en los tejidos adiposos y no en el torrente sanguíneo, otros permanecen más tiempo en el organismo de los obesos.
Esto podría provocar interacciones perjudiciales si se añade otro medicamento demasiado pronto.
De acuerdo con la investigación, incluso un fármaco tan común como el ibuprofeno puede no aliviar el dolor en personas de mayor peso cuando se toma según las indicaciones.
“Sin pruebas adecuadas e instrucciones claras, los médicos no sabrán cómo regular la dosis en función de la obesidad”, afirma la doctora Colleen Tenan, miembro del consejo de la Asociación de Profesionales de Investigación Clínica”.
Apovian dijo que los pacientes pueden preguntar a sus médicos si la dosis estándar de un medicamento es adecuada para su peso. “Puede ser importante que los pacientes hablen”.
(Con información de LA Times)