Redacción/CDMX
Los seres humanos necesitan de los sentimientos y las emociones para construir lazos de amor o amistad, compartiendo buenos momentos con sus seres queridos y fomentando la cohesión grupal.
Algunas veces, las emociones negativas como el miedo, la ira, la culpa y la tristeza también pueden llegar a desempeñar una función protectora.
Uno de estos casos son los celos, que son una respuesta emocional arraigada en el ser humano que incluye emociones como la envidia, ira o culpa e implica a varias personas.
Los celos intentan preservar la estabilidad de la pareja y cuidarla de los otros.
En un inicio, se busca llegar a prevenir abandono o infidelidad, intentando fomentar una mejor convivencia entre la pareja, pero, en algunas culturas los celos se pueden presentar de forma explosiva.
Estos celos resultan problemáticos construyendo una reacción de malestar emocional, el celoso o celosa tiene un sentido de posesión que se ve alterado por la sospecha o certeza de un engaño, dando así el temor a la perdida.
El sufrimiento afecta a la persona celosa como a su pareja tanto en su vida cotidiana como en el hecho que se llegan a desarrollar conductas controladoras, ya sea interrogativos intensos, revisión del celular y las redes sociales, apariciones sorpresa, escenas de celos, chantajes emocionales, entre otros.
Esto es debido a la inseguridad de la persona celosa, fruto de humillaciones anteriores, desconfianza, falta de autoestima, escasez de amistades y recursos sociales o abandono.
Por ello, pasado la etapa del enamoramiento, los celos florecen conjunto a las conductas que pueden llegar a afectar tanto que termina la relación.
Por su parte, los celos patológicos son reflejo de trastornos mentales, ya que, la persona conoce la irracionalidad de sus pensamientos celosos, pero no puede dejar de pensarlos.
También existen los celos en el trastorno delirante, resultando paradójico, debido a que la persona puede ser razonable con su vida habitual, teniendo una conducta adaptada al medio, pero con ideas delirantes de celos falsos.
No es malo sentir celos, es un error confundir el progresismo ideológico con la ausencia de celos, lo ideal es aceptar la emoción y canalizarla adecuadamente para así contar con una buena comunicación en pareja.
Los celos son muy resistentes al cambio de conducta, sin embargo, los celos patológicos pueden ser tratados con un tratamiento adecuado.
(Con información de El País)