Redacción/CDMX
Todas las personas tenemos un reloj interno que marca los tiempos de nuestro organismo, es decir, cuándo estar activos y cuándo tener sueño e irnos a dormir.
Hay personas que nunca han usado el despertador para levantarse a su hora, y aunque las causas no son claras, la respuesta la podemos encontrar en nuestro reloj interno.
La luz natural y la cantidad de luz que entra a través de nuestros ojos le dice a nuestro núcleo supraquiasmático si es hora de dormir o es hora de estar activo.
Si tenemos un horario muy regular de irnos a la cama y levantarnos todos los días a la misma hora, sabemos cuándo nos tenemos que despertar, aunque estemos durmiendo.
Eso es porque nuestro cerebro tiene esa información.
El cortisol y la melatonina son hormonas que regulan que estemos espabilados o que nos entre sueño.
Incluso si las personas son muy sensibles a la luz tienden a despertarse sin alarma.
A partir del funcionamiento del reloj biológico distinguimos a las personas que se duermen temprano y por eso se despiertan temprano.
Pero también personas que su reloj parece retrasado, pues duermen muy tarde, y como consecuencia se despiertan tarde.
Hay personas que con cinco horas de sueño tienen una actividad perfecta durante el día y no tienen sensación de sueño, pero también están las personas que necesitan dormir más de ocho horas.
Si la persona tiene un horario muy regular de sueño pasará por determinados ciclos, primero por el sueño superficial, después el sueño profundo y por último el sueño REM, que es cuando soñamos.
Después de los ciclos completos de sueño, inconscientemente el cerebro y la persona saben que es hora de levantarse.
(Con información de El País)