La marca atómica que todos portamos

Redacción/CDMX

El pico de la bomba atómica deja rezagos en el cuerpo humano a partir de la década de 1950, cuando se realizaron tantas explosiones de bombas nucleares sobre la superficie de la tierra que alteraron la estructura química de la atmósfera y alteraron la composición de carbono de los seres vivos.

De manera contraria a la lluvia radioactiva directa, generada por las explosiones, el pico de la bomba no es dañino, para los científicos es de gran utilidad, ya que, la huella del pulso se mantiene presente y permite saber cuándo murió una persona, saber la edad de las neuronas en nuestro cerebro, entre otros usos.

Se realizaron mas de 500 explosiones, realizadas por EE.UU. y la Unión Soviética, irradiando la atmósfera.

En 1963 se realizó un tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares.

Obligando a las naciones firmantes a probar las bombas bajo tierra.

Estos ensayos propagaron material radioactivo que no solo daña a los humanos, también a la vida silvestre, dejando regiones inhabitables.

Las bombas, al interactuar con el nitrógeno natural forman nuevos isótopos de carbono 14.

El isótopo se propagó por el agua, los sedimentos, la vegetación y posteriormente a la cadena alimenticia hasta llegar con los humanos.

A medios del siglo XX, los científicos encontraron la utilidad del carbono 14.

En 1950, lo comenzaron a utilizar para datar restos paleolíticos o textos antiguos, a este método se le llama datación por  radiocarbono. 

En los restos humanos, por ejemplo, a los que se aplica el isotopo, se puede averiguar la fecha de su deceso mediante la disminución de carbono 14 en su materia

Actualmente los científicos pueden analizar las proporciones de carbono 14 en cualquier ser orgánico que haya estado en contacto con carbono atmosférico desde las pruebas nucleares.

Las personas que nacieron en la década de 1950, tienen acumulado en sus tejidos este material a comparación de alguien que nació en 1980.

El pico de la bomba se designó como una de las marcas que designaron oficialmente el inicio del Antropoceno, una nueva era geológica definida por la actividad humana.

Para marcar el inicio de esta era se ha pensado en varias señales de actividad humana como: el aumento del metano causado por la agricultura temprana hace miles de años, la contaminación por plomo de la minería y la fundición de hace 3.000 años o el aumento de combustibles fósiles durante la Revolución Industrial.

en 2016, el Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno, recomendó que la década de 1950 y el pico de la bomba de carbono 14 entró en el registro geológico.

Proponen que la mitad del siglo XX, marca de forma clara y reconocible los estratos geológicos, cuando la humanidad hizo verdadera y plenamente conocida su presencia en la naturaleza.

Del mismo modo, marca el impacto que ocasionamos al planeta con aumentos exponenciales en las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso del agua y la tierra, la acidificación de los océanos, la explotación pesquera o la pérdida de bosques tropicales.

La señal de radiocarbono del pico de la bomba podrá detectarse por al menos, 60 mil años y se busca en qué lugar se registra está marca, así como otros registros del paso del hombre por el planeta es decir: la cuna del Antropoceno.

Por lo pronto, Crawford Lake en Ontario, Canadá, es la que parece ser que portará este título gracias a las muestras de carbono 14 que se encuentran en los sedimentos de este lago.

(Con información de BBC Mundo)