Redacción/CDMX
En obras como las de Sandro Botticelli, Leonardo da Vinci, Alberto Durero, entre otros, se detectaron algunas proteínas.
Según un estudio que publicó Nature Communications, las pinturas de óleo renacentistas podrían poseerlas.
Por ejemplo, la yema de huevo para evitar problemas de humedad, arrugas superficiales y amarilleamiento.
Un equipo de investigadores realizó un estudio sobre el efecto de la adición de materiales proteínicos, para mejorar la comprensión de por qué estos artistas lo hacían.
La adición de proteínas podría haber servido para modificar las propiedades de las pinturas al óleo de forma beneficiosa.
Entre los efectos de la yema de huevo, se vio que la absorción de agua de los ambientes húmedos podía suprimirse.
Pero también, se puede suprimir el endurecimiento de la pintura debido a la absorción no deseada de humedad del ambiente.
Dependiendo de la distribución del aglutinante proteínico y de la microestructura coloidal de la pintura.
Los aglutinantes proteínicos pueden ser aditivos importantes, por su brochabilidad e impasto, esto en el proceso inicial de pintado.
Sin embargo, la yema de huevo también afecta al secado de las pinturas, es decir, al complejo proceso de oxidación y reticulación química.
Afectando la estabilidad química y física de las pinturas envejecidas, reduciendo posiblemente la formación de arrugas y grietas.
Asimismo, los antioxidantes de este alimento ayudaron a evitar el amarilleamiento durante el secado, con la reacción entre el oxigeno y los componentes del aceite.
Gracias a esta investigación se puede ayudar a la conservación y preservación de algunas obras de arte.
(Con información de Crónica)