La movilización se ha dado mayormente entre jóvenes de localidades urbanas pues los que habitan en áreas rurales no tienen recursos para escapar
Redacción/CDMX
La invasión de Rusia a Ucrania comienza a perder apoyo de la población rusa, que hasta hace una semana mostraban apoyo hacia el movimiento.
El fervor hacia la guerra se disipó después del anuncio del presidente Vladimir Putin, en el que ordenaba la primera movilización forzosa que busca enviar 300 mil jóvenes al campo de batalla.
En menos de una semana, mas de 260 mil rusos decidieron huir del país.
Se estima que al menos seis mil rusos han muerto en combate.
La cifra del éxodo de rusos fue proporcionada por el sitio de información independiente Maduza, con datos proporcionados por una fuente anónima dentro del FSB (antes KGB) pero advirtió que la cifra podría estar maquillada, pues revelaría un humillante fracaso del régimen.
Lo cual se sumaría a la grave falla de inteligencia previa a la invasión, cuando el presidente Putin afirmaba que Kiev caería en 48 horas, o cuando Zelenski los engañó planteando una contraofensiva en el sur y atacó por el norte.
Una de las fronteras que mostraron mayor movimiento fue la entrada a la exrepública soviética de Georgia, donde se registraron filas de hasta 50 horas, en donde los rusos que decidieron abandonar su país fueron llamados “cobardes” y “antipatriotas” por de los guardias fronterizos rusos.
Esta situación se ha repetido en otras fronteras, como en la línea divisoria con Finlandia, el único país de la Unión Europea que no ha cerrado sus fronteras.
Incluso Mongolia y Kazajstán han reportado entradas masivas.
La movilización se ha dado mayormente entre jóvenes de localidades urbanas con los medios para conseguir un auto o un boleto de avión, sin embargo, para los jóvenes pertenecientes a las minorías la situación es muy distinta.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski denunció que cientos de jóvenes tártaros, habitantes de Crimea, un territorio que ha sido disputado entre Ucrania y Rusia, han sido obligados a entrar en combate.
A pesar de la censura de los medios rusos, algunos videos e imágenes filtrados han comprobado que hay disturbios y manifestaciones en contra de la guerra, además, se calcula que alrededor de 17 centros de reclutamiento han sido incendiados.
Debido a esto, miembros del gobierno e iglesia rusa han dado declaraciones para persuadir a los jóvenes a enlistarse al movimiento, entre estos el patriarca de la Iglesia ortodoxa, Kiril I, quien ha dicho que ir a la guerra “limpiará sus pecados”.
Por otro lado, el pasado domingo el presidente Putin firmó un decreto en el que se establece que los desertores podrían pasar hasta 15 años en la cárcel.
(Con información de Crónica)