La risa no es sólo una poderosa expresión facial, tiene múltiples beneficios en el organismo humano
Karen Rivera / Ciudad de México
¿Cuántas veces al día sonríe? La risa no es sólo una poderosa expresión facial, tiene múltiples beneficios en el organismo humano. Por ejemplo, disfrutar de una buena carcajada activa cerca de 400 músculos desde faciales hasta abdominales. Se estima que un adulto ríe en promedio entre 15 y 25 veces al día.
En el libro El chiste y su relación con lo inconsciente, publicado en 1905, el neurólogo austriaco Sigmund Freud consideró a la risa como uno de los mecanismos de defensa del cuerpo que le permitían liberarse de energía reprimida o negativa. Por su parte, el neurobiólogo mexicano Eduardo Calixto describió esta acción como un ejemplo de inteligencia cerebral, en su libro Un clavado a tu cerebro. Protectora, inteligente, benéfica, diferentes características pueden atribuirse a esta reacción natural. Lo cierto es que se trata de un recurso terapéutico gratuito.
En situaciones dominadas por el humor, experimenta lo que se conoce como carcajadas. Cuando ríe activa el sistema límbico, también conocido como el “cerebro emocional”, que es el conjunto de estructuras y redes neuronales encargadas de regular el miedo, la felicidad y el enojo.
El recorrido de la risa inicia en el lóbulo parietal, zona de la corteza cerebral que guarda los datos provenientes del exterior e interior del organismo. Inmediatamente después se activa el hipocampo, estructura en el centro del cerebro que regula los estímulos como la memoria, las emociones y el aprendizaje. Es en este lugar donde se almacenan sus recuerdos a largo y corto plazo, que serán despertados si la situación que le genera risa está relacionada con ellos. De este sitio hace uso cuando observa un meme.
El camino continúa en el giro cingulado del sistema límbico, el área implicada en el procesamiento y regulación de conducta, en otras palabras, es la que evalúa la información de la imagen, contexto o chiste para que la ínsula, llamada también el asiento de la empatía y la intuición, aprecie su originalidad y le permita disfrutar de una carcajada.
Reír otorga una sensación placentera y tranquilizadora al individuo que lo experimenta. Reduce el estrés y, cuando una carcajada se prolonga, incrementa la oxigenación del cerebro y del cuerpo. Lo anterior se debe a que el ritmo cardíaco aumenta casi al doble y el organismo libera de forma natural neurotransmisores relacionados con la alegría y el bienestar como la serotonina, llamada “hormona de la felicidad”. Este tipo de neurotransmisores también ejercen un efecto analgésico parecido al de la morfina, ese es el origen de la sensación de relajación en el cuerpo después de reír.
La apreciación del humor es vital en funciones adaptativas, emocionales y cognitivas, además protege el sistema inmunológico. Y aunque la risa puede clasificarse desde genuina y espontánea hasta estimulada, inducida o patológica, lo cierto es que razones para reír de manera cotidiana sobran. Así que no olvidemos hacerlo a diario.