La propuesta de TANAT / Diego Rivero Borrell ocupará el patio del museo a partir del 14 de marzo; el espacio se transformará en un espejo de agua y rocas
Ciudad de México (N22/Redacción).- Profesionales en el ámbito arquitectónico son convocados cada dos años para realizar una intervención en el patio del Museo Experimental El Eco, esto como parte de su programa expositivo y para que la instalación diseñada dialogue con el programa expositivo del recinto que abrió sus puertas en 1953. Un ejemplo de la “arquitectura emocional” de Goeritz y que éste materializó en este espacio, por invitación del empresario Daniel Mont.
Con el Pabellón Eco 2020 se cumplen diez años de esta intervención, un concurso que inició en colaboración con Buró-Buró [Oficina de proyectos culturales]. El Pabellón inició y ha mantenido su interés original: experimentación y reflexión espacial.
Para el pabellón de este año [edición 8], la convocatoria se lanzó desde noviembre del año pasado y el curador invitado a la misma ha sido el arquitecto Javier Senosiain, profesor de la Facultad de Arquitectura de la UNAM y creador del parque y conjunto habitacional, el Nido de Quetzalcóatl. Propuso como punto de partida la serpiente de Mathias Goeritz, que puede considerarse como el primer pabellón que tuvo el museo. «Si bien la serpiente ya no se encuentra en el patio del museo, su ausencia da pie a que este espacio sea ahora un sitio para la realización de proyectos de diversa índole».
La línea curatorial quedó definida de la siguiente manera: «se propuso que los concursantes reflexionaran sobre las capacidades de la arquitectura para trabajar de manera simultánea y armónica con los contextos culturales y naturales, ya sea por medio del empleo de analogías entre formas orgánicas y arquitectónicas o a través de la integración de recursos de orden simbólico».
El 29 de enero, un jurado integrado por Javier Senosiain, Damián Ortega, Miquel Adrià, miembros del Museo Experimental el Eco y Buró-Buró, revisaron los proyectos y seleccionaron como ganadora la propuesta presentada por TANAT / Diego Rivero Borrell, bajo el nombre CRONOBOROS.
«CRONOBOROS propone convertir el patio del museo en un espejo de agua y rocas, en el que tanto las partes que conforman el sitio (muros y torre) como también los elementos cirncundantes como la jacaranda, el cielo, el sol, puedan ser reflejados en una imagen que hace eco de sus formas y oclores. En este sentido, apuesta por generar un espacio que celebre la transfomación y la temporalidad como características inherentes a la natulareza y su enlance con la vida humana a través de la contemplación y la expresión artística».
El pabellón se inaugurará el 14 de marzo.