Provenientes del Istmo de Tehuantepec, Elizabeth, Hugo y Julio mantienen sus raíces y las fusionan con un estilo global para generar su propuesta musical
Ciudad de México, (N22/Perla Velázquez).- El sonido de Valgur es pegajoso, de esas canciones que escuchas y quieres seguir cantándolas. Pop en su máximo esplendor. Cajas de ritmos, teclado, un bajo, sintetizadores, una batería y la voz son los instrumentos que utilizan Elizabeth, Hugo y Julio para generar sus canciones.
El grupo proviene del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, a donde nunca han dejado de ir, a pesar de que desde hace una década viven en la Ciudad de México. Es esta zona y la cultura zapoteca lo que los llevó a generar su disco Zapandú, que lanzaron el pasado 8 de marzo. ¿Ya lo escuchaste? Te recomiendo que te dejes envolver por su música mientras lees la siguiente entrevista, porque platicamos de su canción en zapoteco y las temáticas que envuelven al álbum.
¿Cómo surgió Valgur?
Elizabeth (E): Fue espontáneo, porque desde pequeños nos ha interesado la música y siempre era nuestro pasatiempo, era lo único que hacíamos: nos encerrábamos en un cuarto a hacer música y un día decidimos grabar en casa las canciones que ya había escrito. En un principio éramos únicamente mi hermano (Hugo Valdivieso) y yo.
Actualmente radican en la Ciudad de México, pero no son de aquí. ¿Qué hay detrás de Valgur, cuáles son sus raíces?
E: Nosotros somos de Oaxaca, somos de la región del Istmo de Tehuantepec. Julio (bajista) es de Unión Hidalgo y nosotros somos de Juchitán.
En Oaxaca hay mucha efervescencia cultural, ¿de qué manera ustedes toman en cuenta el contexto para generar un proyecto musical?
Hugo (H): En este nuevo disco, creo que es justamente eso, esa dualidad que hemos vivido entre la modernidad y la tecnología, la globalización, pero también un entorno indígena en el que nos hemos desarrollado, pero que se ha visto afectado por estos elementos que he mencionado. El disco es una fusión de esa dualidad.
¿Cuáles son los elementos de la cultura zapoteca que ustedes retoman para este disco?
H: Creo que uno de los más importantes es la lengua, aunque sólo hay una canción en zapoteco. Realmente las tradiciones y la cultura de Juchitán y del Istmo de Tehuantepec.
El sonido que ustedes tienen es muy específico, porque es synth pop, ¿cómo encontraron este sonido y lo combinan con las letras?
H: Cuando empezamos a planear el otro disco, empezamos a buscar la dirección que iba a tener el sonido y se dio mucho con lo que teníamos en el momento. Habíamos comprado un Alfa Juno, que es un sintetizador y unas cajas de ritmo y creo que con eso empezamos a hacer las primeras canciones y eso empezó a definir el sonido, estos instrumentos.
¿Cómo fue el ir y venir al Istmo de Tehuantepec y posteriormente bajar todo lo que vieron a las canciones?
E: Nosotros vamos mucho para allá, porque nos llena de vida, nos inspira y nos gusta mucho Juchitán. Nos fuimos para allá para grabar y también para estar en contacto con lo que sucedía, nuestro alrededor. Cuando llegamos a Juchitán nos encontramos con un lugar muy violento, devastado y con muchas muertes. Eso influenció nuestro disco.
Tenemos una canción, nuestro sencillo “El Pozo”, que habla precisamente de la violencia que se vive en el sur, como esta violencia es ignorada por los gobernantes.
“Zapandú” es una palabra en zapoteco y también da nombre a otro sencillo, ¿cuál es el significado y lo que quisieron retratar en la canción?
E: Zapandú es una planta, que en español se llama Chintul, y ésta crece en los pantanos del Istmo de Tehuantepec y las mujeres zapotecas trituraban los bulbos y con eso se perfumaban y era un aromatizante para su cabello y su cuerpo.
Fue un poco como investigar, ir para allá, ir a buscar la planta, porque la verdad ya nuestras generaciones ya no saben de eso y nosotros nos sentamos a platicar con los abuelos, con nuestros padres, con personas que consideramos maestros en la cultura zapoteca y así fue como decidimos empezar a hacer el disco, bajo esas temáticas.
“Rogelia” también pertenece al disco y la interpretación está en zapoteco, ¿por qué decidieron hacer una canción en esta lengua?
E: Siempre hemos estado los tres en contacto con la lengua directamente porque nuestros padres hablan el zapoteco y nuestros abuelos también, y para nosotros es común. Decidimos hacer una canción en zapoteco, pero yo para esto tomé un curso de lengua zapoteca en lectura y escritura para atreverme a escribir en zapoteco, así nació “Rogelia” y es un homenaje a la mujer zapoteca.
Fue como aceptar mi realidad, yo hago mucho por aprender, me gusta mucho el zapoteco y procuro aprenderlo y siempre que voy le pido a mi papá, a mi abuela, a mis abuelos que me hablen en zapoteco, pero yo sé que algún día la lengua zapoteca desaparecerá, porque con lo que está sucediendo con la globalización y todo irremediablemente vamos hacia allá. Esperemos que exista más música, más libros y más personas que estén interesadas por aprender la lengua.
¿De qué trata la canción?
E: “Rogelia” está basada en mi abuela, es el nombre de ella. Habla un poco de ese apegó a la raíz, pero también de que lamentablemente tenemos que ir soltándola, porque el día que muera mi abuela y mueran mis padres también se va a enterrar mi lengua y mi tradición, porque yo ya pertenezco a otra generación y no domino la lengua, pero aún así es parte importante de mí.
Una de las cosas que están haciendo con la canción es preservar la lengua y confrontarla con la realidad, este choque de la letra y el sonido que generan les está formando una identidad. ¿Cómo lo perciben ustedes?
E: Creo que muchos jóvenes de nuestra generación y más jóvenes ya no hablan el zapoteco en Juchitán y bueno en el Istmo la tecnología ha llegado, el internet, y tenemos un abanico de culturas de lo que tú quieras para elegir. Nosotros hemos decidido en este disco hacer un homenaje a nuestra cultura.
Ustedes han dicho que no quieren sonar a una banda tradicional oaxaqueña, ¿por qué?
H: El reto para este disco fue cambiar completamente el contexto sonoro o el contexto sónico y buscar un extremo y es eso, fusionar este mensaje, pero también llevarlo a través de la música tratar de hacer estos contrastes. Una canción en zapoteco, pero con otros elementos que no corresponden a los tradicionales ni a la música juchiteca o istmeña.
El disco no se encuentra en físico, sólo en plataformas musicales. ¿Cómo han incorporado este sistema para difundir su música?
H: Ha sido un poco complicado tratar de concretar el disco. Fue un poco complicado, pero se logró. Realmente tuvimos que romper con estos acuerdos establecidos de la industria de la música para poder tener nuestro disco. Hubo algunas propuestas que tuvimos que rechazar porque pensamos que era un disco que tenía que ser libre y tenía un mensaje que creo que no era compatible con los estándares de la industria musical que tenemos aquí en México.
Varias de las letras que manejan en el álbum tiene que ver no con el pop que escuchas en la radio comercialmente, ¿buscan dejar una reflexión al momento de escucharlo?
H: Sí. El disco tiene muchos temas delicados y decidimos que por respeto a esos temas debíamos romper con esos estándares. En algún momento nos tomamos fotografías para la promoción del disco, pero decidimos cubrirnos el rostro, porque no creemos que es un momento para estar posando, creemos que no va por esa dirección y por respeto estamos manteniendo ese aspecto.
Imagen: tomada del Facebook de Valgur