Junto a Cunningham, fue uno de los más destacados representantes de la danza posmoderna norteamericana; murió a los 88 años
Ciudad de México (N22/Redacción).- Discípulo de Cunningham, Graham y Balanchine, el bailarín y coreógrafo nacido en Pennsylvania, Paul Taylor, pieza clave en la consolidación de la danza moderna, murió el día de ayer a los 88 años. Fue este jueves cuando su compañía dio a conocer la noticia: “Paul Taylor fue uno de los grandes coreógrafos del mundo, y su fallecimiento entristece profundamente no sólo a los que trabajamos con él sino también a personas de todo el mundo cuyos espíritus han sido tocados por su arte incomparable”, esto en palabras de Michael Novak, director artístico de la Paul Taylor Dance Company.
Taylor fundó dos compañías, en 1954 la antes mencionada, y en 1993 la Taylor 2, para ambas compañías creó 147 bailes en los que mezclaba diferentes técnicas y estilos que permitían que cada coreografía tuviera una identidad propia. Para los miembros de su compañía una de las aportaciones más importantes fue el hecho de haber “elevado el nivel de la danza al terreno dramático.”
Su apertura lo llevó a montar coreografías con ragtime, reggae, tango, grabaciones antiguas, trinos de somorgujos, música de elevador y piezas de Bach. Obtuvo la Orden de las Artes y las Letras, y de la Legión de Honor otorgadas por el gobierno francés, en 1990. También fue reconocido con el Premio Kennedy, en 1992, y la Medalla Nacional de las Artes.