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El escritor mexicano obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia por la novela Olegaroy, publicada por Alfaguara
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Ciudad de México (N22/Víctor Gaspar).- De entre ochenta novelas participantes en el premio Xavier Villaurrutia, de escritores para escritores, el jurado, compuesto por Silvia Molina, Felipe Garrido y Vicente Quirarte, definió como ganadora a Olegaroy, del regiomontano David Toscana, como la ganadora. El galardón fue entregado ayer en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. “Olegaroy es una historia de amor y crimen, pero también de sabia y exigente carcajada”, dice Quirarte. “En su aparente desenfado, aparece Monterrey con sus nombres y sus calles, su sol y sus montañas. Sólo transcurrida buena parte de la novela nos enteramos de que la acción transcurre en otro tiempo.”
Para Felipe Garrido, la obra de Toscana (1961), “se trata de una novela inteligente, sabia y con una enorme voluntad de estilo donde las peripecias del personaje van trenzándose con sorprendente naturalidad y un gran sentido del humor, que no se pierde en los muchos momentos en que la escritura de Toscana alcanza una notable profundidad filosófica.”
Toscana recurrió a archivos hemerográficos sobre la historia de Monterrey, que son parte del origen de su novela. “Olegaroy es un personaje que a los 53 años sale a la vida. Padece de insomnio y un buen día decide salir en la noche a recorrer la ciudad y encuentra que hubo por ahí un asesinato. Él se da a la tarea de descubrir quién es el asesino y en este proceso dice descubrir también la filosofía. Al salir casi por primera vez el mundo, se empieza a hacer preguntas un tanto como los niños, que hacen preguntas básicas pero complejas.” Para Lidia Camacho, directora del INBA, “en esta novela el lenguaje se piensa a sí mismo como una vía para reinventar un mundo insatisfactorio.
“La novela piensa mucho en la muerte. El personaje visita, un poco para huir de su insomnio, las distintas capillas funerarias de Monterrey porque ahí parece que encuentra mucho silencio. La gente dice que hable en voz baja, en susurros, entonces lo que no puede conseguir en la noche, trata de dormir en el día, pero hay mucho ruido y entonces esto lo consigue en las capillas funerarias”, explica Toscana.
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