El eclipse solar, fenómeno que ha cautivado al mundo en todos los tiempos

Redacción/CDMX

El próximo ocho de abril se hará presente el eclipse solar, en el que durante unos minutos parecerá que el Sol se ha extinguido.

Se calcula que una cuarta parte de la población estadounidense viajara a diversos lugares donde puedan observar por completo este fenómeno sin contar a las legiones de observadores del cielo que planean viajar desde el extranjero.

Esto nos hace preguntarnos ¿Cuál es la razón por la que este evento recibe tanta atención?

Además de la capacidad que este país tiene para promover casi cualquier evento para generar ganancias, basta con darle una breve mirada a cómo es que los eclipses han aparecido en el arte y la literatura para darnos cuenta de que esto es un acontecimiento que cautiva la imaginación del público.

Si nos remontamos al antiguo Egipto, los eclipses casi siempre han sido considerados como algo de mal augurio.

Para esta civilización tan antigua si el Sol era robado repentinamente del cielo, entonces se estaba llevando a cabo algun tipo de negocio malvado entre los dioses.

Según ellos, el Sol y la Luna, el día y la noche eran dos cosas que debían de permanecer separadas, si no, esto avecinaba problemas.

Como ejemplo, pintores del Renacimiento como Rubens incluyeron eclipses en las representaciones de la crucifixión de Cristo, esto como un símbolo de la esperanza borrada por la oscuridad.

El pintor expresionista Egon Schiele hizo referencia a esto en si pintura «Crucifixión con el Sol oscurecido» (ilustración), en la que la única luz en escena emana de un segundo sol fantasmal:  el halo de Cristo.

Poco después a principios del periodo moderno, la idea de que los eclipses significaban malas noticias creció como un presagió más político que religioso.

Los ciclos de día y noche, luz y oscuridad se asociaban con los ciclos de la política.

En 1605, Shakespeare en su tragedia “El Rey Lear” Gloucester observa: «Estos últimos eclipses de sol y de luna no auguran ningún bien para nosotros».

Tiempo despues, John Milton escribio: En un tenue eclipse, un crepúsculo desastroso arroja, sobre la mitad de las naciones y con miedo al cambio, deja perplejos a los monarcas.

Coincidentemente en este año, la mitad de la población mundial asistirá a las urnas, donde muchos de ellos tendrán que elegir entre el cambio o el gobierno que actualmente tienen.

En 1652, el cronista John Evelyn narró lo siguiente de un eclipse solar: «había alarmado tanto a toda la nación, que casi nadie trabaja, nadie sale de sus casas; tan ridículamente fueron abusados ​​​​por astutos e ignorantes observadores de estrellas «.

Pero en esta ocasión no tiene porque ser lo mismo, los artistas han representado los eclipses de diferentes maneras en los últimos cientos de años y no todo ha sido sombrío.

Por ejemplo, Emily Dickinson narra en su poema lo siguiente:

Sonaba como si las calles estuvieran funcionando.

Y luego, las calles se detuvieron,

Eclipse fue todo lo que pudimos ver en la ventana

y asombro, fue todo lo que pudimos sentir.

Recientemente los eclipses han tenido una gran presencia en la cultura popular, desde Stephen King hasta Stephenie Meyer, Avatar: the Last Airbender y Avatar: The Way of Water.

Probablemente en las estadísticas la mayor parte de las personas sigan creyendo que estos fenómenos perturbadores todavía se consideran malos augurios. Pero en el mejor arte siempre hay luz que se esconde detrás de la oscuridad.

(Con información de Euronews)