Redacción/CDMX
Seguramente has notado cómo el tiempo pasa más rápido, justo cuando más prisa tienes, o que es más lento cuando ya quieres que termine una clase aburrida.
Investigadores han descubierto que podemos influir en nuestro sentido del tiempo cambiando nuestras acciones y estados corporales.
Esto quiere decir que, si bien es cierto que la percepción del tiempo está conectada con el área motora suplementaria del cerebro (SMA) y la corteza insular, también es crucial atender la forma en que las acciones y estados corporales influyen en la apreciación del tiempo.
El corazón es uno de los órganos que afecta el estado corporal del cuerpo. Por lo que la percepción del tiempo cambia con los ritmos del corazón, según Irena Arslanova, investigadora postdoctoral del Royal Holloway, Universidad de Londres.
A medida que nos aceleramos, los latidos del corazón también, y esto hace parecer que el tiempo se escapa de nuestras manos.
Así que Arslanova sugiere ralentizar nuestra respiración para frenar los latidos del corazón y, con ello, el paso del tiempo.
La duración del tiempo también se percibe más rápido cuando actuamos de forma inconsciente. De manera que, ser más consciente de lo que hacemos en el presente, afectará de forma positiva la percepción del mismo.
Ejercicios como la meditación ayudan a que las personas sean más conscientes del momento que viven y que el tiempo parezca más duradero, de acuerdo a investigaciones realizadas por Marc Wittmann, psicólogo e investigador del tiempo en el Instituto de Áreas Fronterizas de Psicología y Salud Mental de Friburgo, Alemania.
De tal forma que si eres de esas personas que viven estresadas porque parece que el tiempo no alcanza, será mejor que empieces a meditar y a controlar tu respiración.
(Con información de Big Think)