¿A qué se debe tener antojos cuando intentamos llevar una dieta saludable?

Redacción/CDMX

La mayoría de las personas buscamos mejorar nuestra salud comiendo de forma saludable, principalmente cuando comienza un nuevo año.

Sin embargo, muchas veces estos planes no se concretan debido a los fuertes antojos de alimentos dulces, salados o ricos en carbohidratos, es por eso por lo que surge la pregunta:

¿Por qué si nos interesa mejorar nuestra dieta se nos antojan este tipo de alimentos?

Las razones pueden ser muchas, pero nos concentraremos en cuatro que suelen ser las más comunes:

Las caídas de nivel de azúcar en la sangre: El azúcar es la fuente de energía clave para todos los animales y su sabor es una de las experiencias sensoriales más básicas.

Inclusive sin los receptores específicos del sabor dulce en la lengua, se puede desarrollar una preferencia por el azúcar, lo que indica un mecanismo que va más allá del gusto.

Las neuronas que responden al azúcar se activan cuando estas llegan al intestino, esto puede aumentar el apetito y hacer que se te antojen más, incluso ceder a estos antojos también genera apetito por más azúcar.

Las investigaciones sugieren que una dieta rica en azúcar puede afectar el estado de ánimo, la digestión y la inflamación intestinal.

Comer regularmente alimentos azucarados y ricos en carbohidratos puede provocar picos y caídas rápidas en los niveles de azúcar en la sangre, cuando los niveles bajan el cuerpo puede responder deseando fuentes de energía rápidas, frecuentemente en forma de azucares y carbohidratos.

Descensos de dopamina y serotonina: Algunos neurotransmisores como la dopamina, están implicados en los centros de recompensa y placer del cerebro.

El comer este tipo de alimentos puede desencadenar la liberación de dopamina, lo que creará una experiencia placentera y reforzando el antojo.

La serotonina (que es la hormona del bienestar) suprime el apatito y puede influir en las fluctuaciones diarias del estado de ánimo, niveles de energía y la atención. Esto también se asocia con comer bocadillos ricos en carbohidratos por la tarde.

Las dietas bajas en carbohidratos pueden reducir la serotonina y disminuir el estado de ánimo, aunque en una revisión sistemática reciente sugiere poca asociación entre las dietas y las emociones.

Como dato curioso, las mujeres tienden a desear más estos alimentos que los hombres, esto principalmente a que el sentirse irritable, cansada o deprimida son parte de los síntomas premenstruales.

Perdida de líquidos y descensos de azúcar y sal en la sangre: En ocasiones el cuerpo anhela las cosas que le faltan, como hidratarse o sal, una dieta baja en carbohidratos agota los niveles de insulina, lo que disminuye la retención de agua y sodio.

Las dietas que son muy bajas en carbohidratos como las dietas cetogenicas inducen lo que se llama como ‘cetosis’ un estado metabólico en el que el cuerpo utiliza la grasa como fuente primaria de energía, que lo aleja de la dependencia habitual de los carbohidratos.

Este estado metabólico a menudo se asocia con una mayor producción de orina lo que lleva a una mayor pérdida de líquido y un desequilibro en electrolitos.

Altos niveles de estrés o agitación emocional: El estrés, el aburrimiento y la agitación emocional pueden provocar antojos de alimentos reconfortantes. Esto debido a que las hormonas que se relacionan con el estrés pueden afectar nuestro apetito, saciedad y preferencias alimentarias.

El cortisol (la hormona del estrés) puede generar antojos de alimentos dulces reconfortantes.

Un estudio más reciente encontró que el estrés crónico cuando se combina con estas dietas altas en calorías aumenta la ingesta de alimentos y preferencia por lo dulce.

Para frenar los antojos algunas de las siguientes cosas pueden ser de gran ayuda:

No eliminar grupos de alimentos completos, tratar de llevar una dieta bien equilibrada donde se incluya suficiente proteína y alimentos que sean ricos en fibra.

Gestionar los niveles de estrés practicando medidas como la meditación, la respiración profunda o el yoga que te ayudarán a controlar los desencadenantes emocionales de los antojos.

 El dormir entre siete y ocho horas de calidad en la noche será de gran ayuda ya que de no hacerlo puede alterar tus hormonas del hambre

Y si se decide darse un capricho hay que controlar el tamaño de la porción para evitar excederse.

(Con información de The Conversation)

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