Redacción/CDMX
Los teléfonos inteligentes llegaron para cambiar al mundo como lo conocíamos ofreciéndonos el mundo en la palma de la mano, todo solo con un toque.
Hoy en día, las casas son inteligentes se cuidan solas, las reuniones son virtuales por lo que el tiempo que antes se dedicaba al desplazamiento quedó en el pasado.
Se da a entender que deberíamos tener más tiempo libre, tiempo que ocupemos en el no hacer nada, dormir o relajarse ¿no?
La evidencia parece indicar todo lo contrario pues, aunque se ‘ahorra’ el tiempo de algunas cosas pero es la misma tecnología la que terminamos usando para hacer más cosas.
Se realizaron entrevistas por The Conversation a 300 personas en toda Europa para entender cómo es que utilizan sus dispositivos diariamente.
La investigación demostró que lo que quieren las personas es evitar periodos vacíos en sus vidas, gracias a eso, lo ocupan realizando tareas de las cuales algunas no serían posibles sin tecnología.
El tiempo muerto que generalmente dejaba el esperar al autobús, estar recién despiertos o a punto de irse a dormir, ahora esta ocupado por aplicaciones de entretenimiento cerebral que usan dependiendo de las listas que tengan por hacer o según las necesidades en redes sociales.
Mucho de esto también se debe, en parte, a la percepción que hemos ido adaptando en cuanto a la tecnología y para qué sirve el tiempo libre.
El simplemente cenar, mirar televisión o hacer ejercicio quedó en el pasado, ahora en un intento de evitar perder el tiempo mientras se hacen esas mismas actividades también se navega en la red.
Uno de los mejores ejemplos que hay en cuanto al ahorro de tiempo es el tener el banco desde tu celular, por una parte, te salva de las horas interminables en el banco, pero ese tiempo libre se termina usando en las redes sociales que, aunque puedan inspirar o motivar a las personas, la investigación realizada sugiere que a menudo estas personas terminan sintiendo culpa, vergüenza o hasta arrepentimiento después de ocupar su tiempo en actividades en línea.
El trabajo también ha sido parte de este aumento, se ha implementado el trabajo doméstico y el híbrido, se ha borrado la línea que se tenía con el tiempo personal y el de las ocupaciones.
La tecnología ha acelerado por completo el ritmo de vida, como ejemplo las reuniones en línea son consecutivas, muchas veces se termina una y empieza la otra o el correo electrónico que ahora genera un crecimiento exponencial en las comunicaciones, lo que implica más trabajo para leerlo y responderlo todo.
Aún así, existe la manera de revertir esta situación, empezando por entender que esta bien por momentos no hacer nada o hacer poco.
En el entorno laboral se puede crear un ambiente en el que la desconexión sea la norma.
En países como Italia y Francia ya existe una legislación que consagra el derecho de desconectarse. Esto especifica que los empleados no tienen la obligación de ser contactados fuera del espacio laboral o negarse a llevar el trabajo a casa.
(Con información de The Conversation)