El apéndice, nuestro órgano más menospreciado

Redacción/CDMX

Normalmente tendemos a pensar que el apéndice es un órgano indiferente sin el cual podríamos vivir fácilmente, pero, en un estudio reciente se ha vinculado la falta del apéndice con una de las enfermedades que concentran las principales causas de muerte de niños en el mundo: la diarrea.

La diarrea es la segunda causa de muerte más común en niños menores de 5 años, ya que al año causa alrededor de 500 mil defunciones, la mayoría son causadas por infecciones de bacterias, virus o parásitos y a menudo se transmite por tomar agua o ingerir alimentos contaminados.

Anteriormente, en una investigación a pacientes quienes se les había extirpado el apéndice, se observó que estos tenían un mayor riesgo de desarrollar ciertas formas de diarrea infecciosa o más posibilidades de tener síntomas graves.

Por ello, un equipo del Instituto Nacional Francés de Salud e Investigación Médica (Inserm) decidió ahondar más en el tema e investigar a nuestros parientes animales, quienes también se ven afectados por diarreas.

Examinaron los registros veterinarios de 1,251 primates alojados en el zoológico La Vallée des Singes en Romagne, Francia.

Había individuos de 45 especies distintas, de los cuales 13 (como chimpancés, lemures de cola anillada y gorilas occidentales) tienen naturalmente apéndice, y los 32 sobrantes (como mandriles, titíes león dorado y monos lanudos comunes) no lo tienen.

Se recopilaron datos sobre la frecuencia y gravedad de diarrea en estos animales, de entre los años 1998 y 2018.

En ese periodo, se registraron casi 3 mil casos de diarrea, 13% de ellos se clasificaron como graves.

Y aunque aproximadamente la mitad de los individuos experimentaron diarrea al menos una vez durante esos 20 años, se comprobó que las diferentes especies no compartían la misma carga de infecciones.

Según especifica el coautor principal Éric Ogier-Denis, se identificó un menor riesgo de diarrea grave en las especies que cuentan con apéndice, en especial en la parte más crucial de su vida, o sea sus primeros años, donde el riego es máximo.

Además, se observaron retrasos en la aparición de la diarrea en este tipo de especies.

Combinando los hallazgos de la investigación en humanos y este estudio, parece ser que el apéndice desempeña un papel mucho más útil de lo que muchos imaginábamos, sobre todo, nos beneficia en nuestros primeros años de vida.

Por otra parte, otro hallazgo importante fue que ninguno de los primates con apéndice había sufrido apendicitis aguda durante el período de seguimiento. Explica el coprimer autor Maxime Collard que esta complicación mortal – el motivo por el cual se le retira el apéndice – es más común en los seres humanos.

Por ello es pertinente realizar más investigaciones que amplíen nuestro conocimiento de un órgano tan menospreciado como el apéndice.

(Con información de IFLCIENCE)