Redacción/CDMX.
Todos hemos leído alguna vez una calaverita literaria, incluso hasta las hemos escrito porque nos la dejaron de tarea, pero ¿sabes cuál es su origen?
La referencia más antigua que registran las hemerotecas es en un texto publicado en 1849, en un periódico de Guadalajara, Jalisco.
Un experto dice que la costumbre tiene sus orígenes en la época colonial e incluso se vincula con ciertas expresiones de religiosidad de la Edad Media, como la Danza de la muerte.
En la Nueva España se enriqueció con elementos como el culto a Mictlantecuhtli, los tzompantlis y la poesía precortesiana.
En la época novohispana, se relacionó a las calaveras con la supuesta madre Matiana o del Espíritu Santo, a quien le atribuían profecías y epitafios que se transmitían oralmente.
Los escritores mexicanos comenzaron a utilizar sus propias rimas satíricas a modo de burla o crítica social.
Durante el siglo XIX, este medio de expresión fue reprimido debido a las burlas hechas a los gobernantes.
La tradición de las calaveras literarias, tal como la conocemos ahora, surge al igual que las catrinas en el siglo XIX, como una expresión crítica del pueblo contra la élite porfirista.
En la actualidad se utilizan para la celebración del día de muertos. Muchas personas las dedican a sus familiares y amigos como parte de su celebración o recordando que existe una vida más allá de la muerte.
(Con información de Milenio)