Voz humana más aterradora que el rugido de león

Redacción/CDMX

En el Parque Nacional Gran Kruger de Sudáfrica las voces humanas asustan más a la vida silvestre que los gruñidos de los leones o incluso el sonido de los disparos.

Después de todo, los leones solo matan lo que pueden comer, pero algunos humanos pueden sacrificar un rinoceronte entero solo para convertir su cuerno en un supuesto medicamento.

La doctora Liana Zanette, autora del estudio, de la Western University de Canadá, dijo que “normalmente pensamos que la cima de la cadena alimentaria son los grandes depredadores carnívoros”.

En ese sentido, “los humanos son súperletales”.

Otro de los autores del estudio, el Dr. Michael Clinchy, reflexiona que si se es un mamífero, no vas a morir de enfermedad o de hambre, pero lo que realmente acabará con tu vida será un depredador, y cuando más grande seas, más grande será el depredador que acabe contigo.

Al ser los leones los mayores depredadores terrestres cazadores, deberían ser los más aterradores.

Reprodujeron grabaciones de leones, voces humanas, ladridos de perros y disparos a 19 especies de mamíferos en el Parque Nacional Greater Kruger, hogar de una de las poblaciones de leones supervivientes más grandes del mundo.

Utilizaron grabaciones de radio y televisión de los cuatro idiomas, y se reprodujeron a volumen conversacional.

Las reacciones se filmaron mientras los animales bajaban a beber a los abrevaderos.

De tal forma que los animales tenían el doble de probabilidades de huir de un pozo de agua al escuchar a los humanos que a los leones, y lo hicieron un 40 por ciento más rápido.

Dejando a un lado a los elefantes y los perros salvajes, todas las especies tenían más  de probabilidades de huir de las voces humanas que de los leones.

En el caso de los elefantes que huyeron por las voces humanas, lo hicieron más rápido que si fuera por  leones.

Existía la idea, qie los animales se acostumbrarán a los humanos si no son cazados, “pero hemos demostrado que no es así”, aseguró Clinchy.

Ahora, los programas de conservación podrían tener esto en cuenta, pues si los animales le tienen más miedo a los turistas parlanchines que a los leones, incluso los fotógrafos podrían amenazar su ecología.

(Con información de IFLScience)