Los recuerdos del olfato no los sustituye la inteligencia artificial

Redacción/CDMX

“El olfato tiene algo especial”, afirma el neurobiólogo Alexander Wiltschko.

Los olores son el único tipo de información sensorial que va directamente desde el órgano (la nariz) a los centros emocionales y de memoria del cerebro; los demás órganos sensoriales pasan primero a través de distintas zonas del cerebro.

La nueva empresa Osmo, derivada de Google Research, está tratando de diseñar nuevas moléculas para crear aromas sintéticos innovadores.

Esto a través de un sistema que enumera olores a través de cientos de estructuras químicas.

Tal guía de olores podría ayudar a los investigadores a proporcionar información sobre cómo el cerebro humano interpreta los aromas.

Un sistema de inteligencia artificial (IA) puede describir cómo huelen los compuestos simplemente analizando sus estructuras moleculares, y sus descripciones suelen ser similares a las de los olfateadores entrenados.

Para explorar la asociación entre la estructura de una sustancia química y su olor, Osmo diseñó un sistema IA llamado red neuronal, el cual puede describir con palabras los olores, un mapa de olor principal (POM).

Los autores recopilaron cientos de olores que no existen en la naturaleza pero que son lo suficientemente familiares como para que la gente los describa.

La empresa Osmo entrenó a 15 voluntarios para que asociarán y describierán olores de la misma manera que la inteligencia artificial.

Pidieron a los voluntarios que describieraán 323 olores, mientras que la IA predijera el olor de cada nueva molécula en función de su estructura química.

La suposición de la IA tendía a ser muy cercana a la respuesta promedio dada por los humanos, a menudo más cercana que la suposición de cualquier individuo.

«Es un buen avance el uso del aprendizaje automático», afirma Stuart Firestein, neurocientífico de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York. Según él, el POM podría ser una herramienta de referencia útil en la industria alimentaria y de productos de limpieza, por ejemplo.

Pero Firestein señala que el POM no revela mucho sobre la biología detrás del sentido del olfato humano: cómo interactúan las diferentes moléculas con los aproximadamente 350 receptores de olor en la nariz humana, por ejemplo. «Tienen el lado químico y el lado del cerebro, pero todavía no sabemos nada sobre el medio», dice.

Científicos se Osmo mencionaron que el próximo paso es descubrir cuáles serán las combinaciones moleculares para crear un olor completamente diferente; el número de combinaciones posibles rápidamente se vuelve demasiado grande para que una computadora pueda analizarlas. Pero así es como realmente huelen los humanos, dice Firestein.

(Con información de Nature.com)