Redacción/CDMX
Durante la época victoriana las faldas que las mujeres debían utilizar eran muy estrechas, tanto, que era difícil caminar y conforme pasaba el tiempo se le añadían más elementos que las hacían pesadas e inmanejables.
La crinolina llego a cambiar el estilo de vida de las mujeres, para bien y para mal.
En un principio, se tomó este cambio como un liberador para la mujer, ya que, ahora este artefacto le permitía movilidad, le daba espacio y ventilación a quien la usaba.
Además, era una prenda universal, la cual todas las clases sociales podían permitirse usar.
Todo esto generó incomodidad en el genero masculino, debido a que, las crinolinas eran amplias y robaban mucho del espacio.
De igual forma, expresaban que la crinolina “ayudó a moldear el comportamiento femenino al papel de la ‘esclava exquisita’” y “literalmente transformó a las mujeres en pájaros enjaulados rodeados de aros de acero” como lo explica la historiadora Helen Roberts.
Pero, resultó que los materiales con los que se fabricaba la ropa en esos tiempos era peligroso para la salud, no solo de quien la usaba, también para quienes se dedicaban a realizarla.
Según Allison Matthews David en su libro Victimas de Moda (2015), durante esta época las telas se teñían con arsénico y accesorios como los sobreros se fabricaban con mercurio.
Con la invención de la máquina de coser en 1850, la producción en masa provocó el cambio de algunos materiales, en especifico el de la crinolina que pasó en 1856 a ser hecho de metal.
La demanda era excesiva, ya que 8 mil crinolinas al día no eran suficientes, eso solamente en el Reino Unido.
Esto era sorprendente, ya que, la crinolina estaba provocando en aquel territorio, alrededor de 19 fallecimientos en un mes, debido a los incendios de los que era presa la prenda.
Unas de las miles de víctimas, fueron Emily y Mary Wilde, hermanas del escritor, poeta y dramaturgo Oscar Wilde.
Fue precisamente en un baile de Halloween de 1871, cuando Emily bailó muy cerca de una chimenea con lo cual la prenda comenzó a arder, y Mary corrió a su rescate, días después ambas murieron.
En otro evento desafortunado, La Iglesia de la Compañía en Chile sufrió un incendio donde más de 2 mil mujeres quedaron atrapadas debido a que sus vestidos impidieron la salida.
En sí, no se tienen datos específicos de cuántas muertes por crinolina ocurrieron, solo es evidente que esta se dejó de usar.
Pero, no se puede negar que fue una prenda controversial, la cual, proporcionó libertad a las mujeres, pero al mismo tiempo portarlas convirtió a muchas en víctimas.
(Con información de BBC Mundo)
(Foto: historiadeltrajecom)