Cada persona cuenta con un olor único

Redacción/CDMX

El olfato es el sentido que más recuerdos permite evocar a los seres humanos y el cual perdura en nuestra memoria, pero es el más desconocido de los cinco y al que se la atribuye un valor más bajo, aseguró la neurocientífica Laura López-Mascarade.

Durante los trabajos de la séptima edición del festival El Aleph, la experta del Instituto Cajal, en España expuso, durante la conferencia “El mal tiene un olor inconfundible” que el olfato es el sentido más primitivo que se comunica directamente con el cerebro.

Y, dispone de la capacidad de evocar imágenes y sensaciones.

Considera que a partir del olfato la humanidad comenzó a evolucionar.

“Hoy el estudio del olfato está en auge y en unos cuantos años será posible ver cómo podría contribuir a comprender algunas enfermedades neurodegenerativas vinculadas a este como el alzhéimer”, apuntó.

Recordó que así como tenemos una huella digital única, también contamos con una olfativa, pues a excepción de los gemelos idénticos, nos podrían identificar a través de esta señal identitaria que nos define y diferencia, ya que no hay persona sin olor.

“Tenemos alrededor de 5 millones de neuronas sensoriales en la nariz, y cada una de ellas contiene varios receptores que permiten identificar millones de olores; dichos receptores se activan selectivamente ante diferentes moléculas permitiendo distinguir entre diversos aromas», dijo la también investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

En la Sala Miguel Covarrubias del Centro cultural Universitario, la científica española señaló que fue en el Renacimiento cuando comenzaron a conocerse los primeros tratados del cerebro y se relacionaron los olores con la salud y la higiene.

Detalla que es el único sentido cuyas neuronas se encuentran al exterior del cerebro, en la parte superior de la nariz, las cuales se regeneran, de ahí su importancia para la investigación.

En la Edad Media se usaba la rueda de orina para detectar enfermedades de acuerdo con el olor que se presentaba, así el médico, por el aroma percibía la enfermedad de la que se trataba.

Actualmente se pueden oler las enfermedades, pues cada una tiene su olor único.

Se define como volatiloma, es decir el conjunto de moléculas volátiles de una persona y en las que los perros pueden detectar malaria, cáncer, diabetes y otros padecimientos.

Se han detectado sustancias volátiles en las muestra de grasa de pacientes con párkinson, alzhéimer, huntington y esclerosis múltiple.

Destacó la necesidad de ejercitar nuestro cerebro a través del sentido del olfato, oler cosas es una buena actividad que debería iniciar desde la infancia, pero puede realizarse a cualquier edad, pues es el único que regenera sus neuronas.

(Con información de Gaceta UNAM)