“No poder volver a tu país hace que la patria crezca dentro de uno”, Ligia Urroz

Ligia Urroz, Boris Muñoz y Carlos Manuel Álvarez conversaron en el Foro Libertad durante la recién finalizada Fiesta del Libro y la Rosa

Redacción/CDMX

Desde la literatura, el exilio para los escritores no significa cambiar o mudarse de la patria por cuestiones políticas, también existe la expulsión interna, “que sin irte del país se está en esa condición, y se escribe desde la perspectiva de no estar con los demás a partir de un yo interno que también puede ser un exilio de salud”, señaló la escritora nicaragüense Ligia Urroz.

La autora de Somoza, la novela del hombre que robó los sueños de una nación, y quien se pronunció como opositora al régimen del presidente nicaraguense Daniel Ortega, dijo que otra de las categorías entre migrar al exilio y al destierro, que ocurre entre los nicaragüenses, es la de apátrida, esto es el despojo de la nacionalidad a los opositores que estaban en la cárcel desde 2021, un derecho humano que no se pierde.

En la mesa “Escrituras desde el exilio”, Urroz señaló que con la expatriación le quitaron mucha Nicaragua, pero se va haciendo más patria dentro del corazón.

“Uno va pepenando pedacitos de la tierra conforme se muda de lugar, esto de no poder volver a tu país hace que la patria crezca de una manera diferente dentro de uno”, señaló.

En el Foro Libertad de la Fiesta del Libro y la Rosa, el periodista de investigación venezolano Boris Muñoz señaló que cuando Nicolás Maduro llegó al poder en 2013 había 130 periódicos en Venezuela, hoy 10 años después quedan menos de 25.

Apuntó que no todos los que han emigrado de Venezuela son exiliados, pues es necesario distinguir entre migrados, exiliados y nómadas, tres conceptos diferentes.

“Yo me considero un autoexiliado que decició irse justo en el momento en que Venezuela pasó del régimen híbrido a la ‘dictablanda’, cuando en 2007 el expresidente Hugo Chávez perdió otro referéndum por la reelección indefinida que esperaba ganar de manera abrumadora, con lo que empieza a acelerarse el autoritarismo, y dos años después impuso uno más para garantizar la reelección indefinida nuevamente”.

Hizo referencia al escritor y periodista argentino Tomás Eloy Martínez, quien en una de sus novelas extrañas que “exiliarse es saltar al vacío, desterrar es privarte de tu tierra, es perder el piso”, y cuando se conectan con un periodista, un escritor o un intelectual ambas situaciones se traducen en una proscripción; es decir, “privar de la palabra en conexión con esa tierra, con ese lugar donde uno se ha formado o ha crecido, la comunidad donde pertenece. El exilio es una condena muy terrible”.

Por su parte, Carlos Manuel Álvarez, periodista y narrador cubano, dijo que él ha tenido un recorrido accidentado que hace que las categorías emigrar, exiliarse, desterrarse o asumir la condición de nómada sean situaciones “que parcialmente creo haber vivido y no siempre de forma consecutivamente, pero que en ocasiones se han dado de manera simultánea”.

Resaltó que esas categorías son porosas, pasan primero por condiciones concretas específicas, o sea, por momentos políticos puntuales; “pero también por recorridos sentimentales en los que uno está inmerso, y cuando viene a caer en determinado estado, creo que muchas veces uno se mueve por una razón y luego esas causas no estaban completamente definidas ni para uno mismo”.

Siente que su disputa directa con el poder “ha sido por la palabra y el lenguaje. He tenido que dar una pelea muy íntima hacia el exilio del exilio”.

(Con información de Gaceta UNAM)