¿Por qué los olores provocan recuerdos?

Redacción/CDMX

La doctora Victoria de Andrés, profesora de Biología Animal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, España, explica las razones del porqué los olores que percibimos tienen una respuesta en nuestro cerebro de parecernos atrayentes, nauseabundo o insípidos.

Y por qué algunos consiguen ser irresistibles o tan personales.

La cavidad nasal capta estímulos que se dirigen al núcleo del cerebro olfativo donde hay dos vías muy diferentes.

Por un lado, la corteza prefrontal, sitio donde esa información se procesa de una manera racional, donde se analiza, observa y procesa el olor.

Y la segunda vía, que se pone en funcionamiento simultáneamente, y que va a otra zona del cerebro que es el sistema límbico.

Este es encargado de regular las emociones y con áreas cerebrales muy importantes como son la amígdala (o hipófisis) y el hipocampo. 

Se puede decir que no es la sensación la que va al cerebro, sino que es el cerebro el que sale a buscar la sensación.

Eso significa que la manera que tenemos de procesar esa información no solo es razonada sino también emocional.

Relacionando ese estímulo olfativo con algo que nos ha ocurrido, porque el hipocampo hace que lo podamos asociar a los recuerdos y sentimientos.

Es lo que provoca, a veces, que un olor te recuerde, algo que, de una manera automática y rápida, te recuerde, por ejemplo, sensaciones infantiles.

De tal forma que, si tienes una serie de recuerdos positivos de un entorno donde había un determinado olor, ese olor, percibido años después te recuerda ese bienestar y te produce la misma sensación, afirma la especialista.

Sin embargo, existen casos como el olor a putrefacción que producirá un rechazo inmediato, aunque se huela por primera vez y no se le asocie a nada olido previamente.

Relacionando el tema de las sustancias volátiles, también existe el fenómeno de la fragancia para el amor.

Ya que mucho animales segregan ciertas sustancias llamadas feromonas, en los momentos de preapareamiento para inducir las cópulas.

Esas sustancias químicas, son parte del cortejo y tienen un olor muy particular, que atrae al miembro del otro sexo, pero de la misma especie.

De hecho, hay un mito sobre las feromonas humanas, pues algunas casas perfumistas han comercializado recipientes con feromonas masculinas y femeninas.

La industria del perfume conoce dichas estrategias y las utilizan para obtener benéficos, pero no solo en la actualidad.

En excavaciones arqueológicas, aparecen siempre cerámicas y frascos de perfume, sabiendo cuál es su efecto sin haber estudiado la estimulación de los olores.

Existen determinadas combinaciones de olores que resultan más atractivas que otras y además se adaptan a las personalidades de cada uno.

Como las que se encuentran en la superficie de nuestra piel, pues estos productos químicos que forman un perfume reaccionan con nuestro PH.

Con ligeras variaciones personales que hacen que la reacción del perfume al contacto con nuestra piel no sea idéntica en todo el mundo.

Por ello, aunque el olor de tal marca sea el mismo, el resultado final va a tener connotaciones personalizadas.

Victoria Andrés concluye que la manera de reaccionar con una esencia te hace en ciertos puntos, bastante único.

(Con información de El Sol de México)