La fauna como los venados, que se alimentan de los pequeños brotes son una amenaza real para este organismo
Redacción/CDMX
En las montañas Wasatch del oeste de los EE. UU., habita un solo organismo gigante que proporciona un ecosistema completo del que dependen plantas y animales.
Aunque parece un bosque de árboles individuales con llamativa corteza blanca y pequeñas hojas que revolotean, Pando (en latín, «yo esparzo») es en realidad 47 mil tallos genéticamente idénticos que surgen de una red de raíces interconectadas.
Pando ha existido durante miles de años, aproximadamente 14 mil años, a pesar de que la mayoría de los tallos solo viven alrededor de 130 años.
Todo este ecosistema depende de que los álamos temblones que lo habitan permanezcan saludables y erguidos.
Pero, aunque Pando está protegido por el Servicio Forestal Nacional de los EE.UU. y no esté en peligro de ser talado, sí está en peligro de desaparecer por varios otros factores.
A medida que los árboles más viejos mueren o se caen, la luz llega al suelo del bosque, lo que estimula el crecimiento de nuevos tallos clonales.
pero cuando los animales se comen la parte superior de los tallos recién formados, mueren. Esto significa que en grandes porciones de Pando hay poco crecimiento nuevo.
También las enfermedades de las plantas se han desarrollado y prosperado en los álamos temblones durante milenios sin saber el efecto a largo plazo en el ecosistema.
Dado que hay una falta de nuevo crecimiento y una lista cada vez mayor de otras presiones sobre el gigante clonal.
Aunque ningún estudio científico se ha centrado específicamente en Pando, los álamos temblones han estado luchando con las presiones relacionadas con el cambio climático.
Como por la reducción del suministro de agua y el clima más cálido a principios de año, amenazando el tamaño y la vida útil del árbol, así como todo el ecosistema que alberga.
A pesar de todos los motivos de preocupación, hay esperanza ya que científicos nos ayuden a descubrir los secretos de la resiliencia de Pando.
Pues ha lidiado con enfermedades, incendios forestales y pastoreo antes y sigue siendo el organismo científicamente documentado como el más grande del mundo.
Son estos momentos los que nos recuerdan que tenemos plantas, animales y ecosistemas que vale la pena proteger. En Pando, tenemos la rara oportunidad de proteger a los tres.
(Con información de Science Alert)