Sarro en los dientes de humanos del Paleolítico demuestra que tenían mejor salud bucal

Redacción/CDMX

El sarro fijado en dientes humanos que vivieron hace miles de años ha permitido saber qué comían, qué bacterias tenían en la boca y así determinar su salud bucal.

Investigadores italianos han reunido decenas de dentaduras del periodo Paleolítico, el tiempo de los cazadores-recolectores nómadas, así como del Neolítico, la era de los agricultores, ganaderos y las primeras ciudades e imperios.

El sarro es una placa dental calcificada llena de bacterias, la ciencia lleva muchos años aprovechando los avances genéticos ya que han permitido identificar estos microorganismos en restos humanos antiguos y donde más se acumulan y mejor se conservan es en los dientes.

Por eso es la parte del cuerpo humano que más aguanta el paso del tiempo.

Un grupo de científicos italianos ha reunido una de las mayores colecciones de dentaduras ancestrales, con un total de 76 muestras dentales, las más antiguas de hace 31 mil años, del Paleolítico superior, cuando la última glaciación aún cubría de hielo la mayoría de Europa, las más recientes de hace unos 3 mil años en la Edad del Cobre, a unos pocos siglos de la fundación mítica de Roma.

La investigación publicada en Nature Communications, muestra que lograron identificar 49 especies distintas, la gran mayoría eran bacterias, pero, también hallaron otros microorganismos como arqueas y diatomeas, comparadas con las más de mil especies que pueden colonizar una boca humana.

Esto permitió identificar las modificaciones en la dieta, por ejemplo, los cazadores-recolectores paleolíticos presentaban un enriquecimiento en el metabolismo del almidón de origen vegetal silvestre, mientras que las muestras neolíticas por el metabolismo de la galactosa, un subproducto de la lactosa de la leche animal.

Usando un microscopio detectaron restos de diferentes plantas, trocitos de semillas y raíces en el sarro de los cazadores-recolectores y en el de las personas del Neolítico.

Aunque no fue el objetivo principal, los investigadores observaron un aumento de la virulencia con el paso del tiempo, así las nuevas bacterias tenían mayor movilidad, una mejorada evasión frente al sistema inmune y un mejor mecanismo celular para combatir agentes extraños.

En conjunto los autores de los estudios descubrieron que, “las muestras del Paleolítico mostraron buenas condiciones de salud bucal y la de inicios y mitad del Neolítico presentaban una baja incidencia de periodontitis y caries”.

(Con información de El País)