La historia detrás del primer mural de Siqueiros

Redacción/CDMX

En el Antiguo Colegio de San Ildefonso, antigua sede de la Escuela Nacional Preparatoria, podemos admirar los murales de grandes pintores como Diego Rivera, José Clemente Orozco, Jean Charlot, Fermín Revueltas, Ramón Alva de la Canal y Fernando Lean.

Pero, en este recinto existe una obra casi escondida en el Colegio o Patio Chico de San Ildefonso, se trata de la primera incursión mural de David Alfaro Siqueiros (186-1974), la cual abarca el cubo de la escalera y una bóveda con cuatro paredes subdivididas, un piso más arriba, se encuentran tres pinturas murales, las cuales dejó inconclusas y un techo pintado con motivos simbólicos en color rojo completan la obra.

Según Jean Charlot, Siqueiros se encontraba en Europa cuando el secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, le escribió pidiéndole que regresara al país para hacer algunas decoraciones murales.

Siqueiros junto con Diego Rivera, se encontraban en un momento de contacto con las vanguardias artísticas europeas, para después viajar a Italia donde conoció de cerca los murales renacentistas.

En agosto de 1922, Siqueiros llegó a México, cuando ya todos los demás artistas iban adelantados en sus murales.

Siqueiros señalo en sus memorias: “Me faltaba por conocer la gran prueba, aquella que yo hubiera querido ver, pues era tal mi impaciencia, desde el momento mismo que bajé del tren de Veracruz y cuando aún venía con la visión conmocionada por el descubrimiento plástico de México”.

Siqueiros expuso en sus remembranzas, las dificultades técnicas que encontró al realizar su obra en un espacio con poca luz, “en un esfuerzo sobrehumano, y tratando de cumplir la consigna vasconcelista de superficie y rapidez, me trepé a las dos semibóvedas que forman el techo del primer descanso de la escalera y tratando de continuar el estilo ornamental simbólico de lo primero que había pintado, procuré transformar mis tornillos flamígeros en antorchas circundantes de una cabeza humana para cada sección de ese plafón”.

Inició su labor en 1923 y salió del inmueble hacia 1924 dejando grandes espacios inconclusos, comenzó pintando los techos del cubo de la escalera con la propuesta de pintar una serie de alegorías y símbolos.

El primer mural lo ejecutó con una técnica de la encáustica, denominado “Los elementos”, aunque también se le llamó “El espíritu de Occidente”. Según su propio relato, Siqueiros no quedó satisfecho con el resultado, le pareció “excesivamente picassiana”, y confesó que estuvo a punto de cambiarla.

La figura está rodeada de símbolos abstractos: fuego, aire, tierra y agua que se observan en unos caracoles, el espacio mural también cuenta con un San Cristóbal sin rostro y otras dos mujeres indígenas.

En el piso siguiente, hay un cambio radical en el discurso y en la forma de pintar. Siqueiros con ayuda de Roberto Reyes Pérez y Xavier Guerrero, tuvo muros más grandes para realizar sus primeras obras revolucionarias al fresco, intituladas: “El llamado de la libertad y El entierro del obrero sacrificado”.

Y, afirmó, “… con verdadero frenesí me puse a pintar la Revolución, pero una Revolución representada por dos enormes figuras de indudable raza india mexicana”, donde las figuras masculinas monumentales cargan un féretro de color azul ultramar y se presume era referencia al caudillo revolucionario Felipe Carrillo Puerto, asesinado en 1924.

En el muro central están “Los mitos” o “Los ángeles de la liberación”; en la parte superior vemos dos figuras humanas, una con una aureola, una hoz y un martillo de gran tamaño que se ubica en medio de las dos ventanas hexagonales.

Probablemente esta no era la idea original y Siqueiros pensó en hacer temas sobre la historia mexicana, ya que fue hallada una fotografía de un boceto localizado en el archivo del artista, (Sala de Arte Público Siqueiros del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura), en donde se aprecian tres figuras a caballo: el jinete central indica que es José María Morelos y Pavón, y a su lado dos revolucionarios.

El boceto señala 1922 y la firma dice “Alfaro” indicando “Para la decoración de un muro” que bien podría ser el de la Preparatoria.

Las crónicas sobre la primer fase de la pintura mural mexicana dicen que los estudiantes atacaron, tanto las obras pintadas, como a los artistas y esta razón fue la que ocasiono la precipitada partida de Siqueiros del inmueble.

En esta primera obra mural, Siqueiros deja ver las experimentaciones y ejes conceptuales que serían las que el artista adoptaría en los siguientes años, la unión de arte y política que fue lo que lo caracterizó durante toda su vida. 

(Con información de Gaceta UNAM)