Para el veracruzano, el trabajo actoral fue fundamental, al grado que consideraba más importante hablar con el actor más que de la escena a filmar
Redacción/CDMX
Cerca de la medianoche de este miércoles, se conoció la muerte del director cinematográfico Jorge Fons a los 83 años.
La Academia de Cine confirmó el deceso de quien obtuvo el premio por Mejor Película Iberoamericana en la edición de 1995, por la película “El callejón de los milagros”.
En 2020, en plena pandemia, Armando Casas, director de Canal 22 platicó de manera remota con el también realizador de Rojo Amanecer, y este aseguró que pasaba su confinamiento de manera “gozosa” pues tenía la oportunidad de volver ver la obra de Buñuel, Fassbinder, e incluso revisar películas turcas e iraníes.
Recordó a «El quelite» su primer largometraje, el cual no quería dirigir porque señaló que cuando salía de la universidad pasaba por el Teatro Insurgentes y le daba coraje que en un recinto como ese, se montara una comedia ranchera que debía estar en cualquier otro teatro y ahí presentar una obra más interesante.
A pesar de todo, decidió llevarla al cine cuando se la ofrecieron.
Emocionado, recuerda que escribió un guion imaginativo el cual creó al lado de Gustavo Saenz, a pesar de ser un argumento muy grosero.
No obstante, terminó siendo más tradicional, en la búsqueda del éxito comercial.
Rememoró ahí su trabajo con Germán Valdés, Tin Tan; Héctor Suárez, y Delia Magaña.
Durante la videocharla aseguró que en su trayectoria nunca le gustó tanto preocuparse por poner la cámara “aquí o allá”, pues su interés estaba más trabajar con los actores, “sin eso yo me perdería” sería como “quitarle el tuétano al hueso».
En sus tiempos como estudiante del entonces incipiente Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, consideraba que sus profesores (entre los que se podría encontrar a Gabriel García Márquez y José Revueltas) más que cineastas eran cinéfilos.
Con ellos se daban pláticas “muy sabrosas del amor al cine”, eran grandes charladores, “nos la pasábamos discutiendo escenas de este, de aquel y todos eran cultos cinematográficamente”.
El objetivo de la escuela era sacar «enamorados del cine», más que técnicos del cine.
Casas le señaló que Arturo Ripstein calificó “Caridad” como los mejores 30 minutos del cine mexicano.
Fe, esperanza y caridad es una película de 1974, donde compartió dirección con Luis Alcoriza (quien dirigió Fe) y Alberto Bojórquez que realizó Esperanza.
En Caridad, dirigió a Katy Jurado, Sara García, Julio Aldama, Pancho Córdova y Estela Inda.
Confesó que mientras la Secretaría de Gobernación le autorizaba los permisos para proyectar Rojo Amanecer (se realizó en 1989 y se estrenó a finales de 1990) se enteró que las copias ya circulaban en Tepito, y por si fuera poco, la versión completa sin cortes.
Para terminar la conversación, Armando Casas le reiteró su cariño al laureado director, y Fons se despidió de la audiencia virtual, recomendándoles no salir debido al virus, pero en tanto, debían recordar que “el cine es la vida”, e invitó a ver cine, a pensar cine y hacer cine.