A través de reproducciones de gran formato la exposición explora el papel que ha jugado la ilustración en los descubrimientos científicos y en la construcción de conocimiento
Karen Rivera / Ciudad de México
Desde el rinoceronte dibujado por Alberto Durero publicado entre 1551 y 1558 hasta la primera pulga delineada a detalle en el Siglo XVII, forman parte de una selección de 50 obras únicas y antes ocultas de la colección de Libros Raros del Museo de Historia Natural de Nueva York, que se exhiben en la exposición Historias naturales: 400 años de ilustración científica, en el Museo de las Ciencias de la UNAM (Universum); muestra que explora el papel de la ilustración en los descubrimientos científicos.
«El hecho de poder mostrarle al público cómo la ilustración científica, a lo largo de los siglos ha cambiado, ha evolucionado y ha servido como una herramienta para que comprendamos el mundo que nos rodea, en una época en la que desde luego no había fotos, no había vídeos, no había forma de dejar registro», explicó María Emilia Beyer, directora del Universum.
Entre las obras se encuentran dibujos de mariposas e insectos de la exploradora María Sibylla, publicados en un libro en 1719 y una reproducción de un ave no voladora de América del Sur reproducida como litografía para una obra de Charles Darwin.
«Cuando los científicos o científicas no eran buenos dibujando, lo que hacían era que tomaban muchísimas notas, a muchísimo detalle, muy descriptivas y luego tenían que regresar y entablar equipos con ilustradores, con grabadores, finalmente con artesanos y artistas», afirmó.
Estas piezas se podrán visitar hasta el 23 de octubre en el Universum.