#Liminal: Entrevista con Gustavo Medina Tanco sobre el proyecto Colmena de la UNAM

La misión será enviada en la nave Peregrine, de la empresa estadounidense Astrobotic y alunizará en junio próximo

Karen Rivera / Ciudad de México

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está a cargo de la primera misión mexicana de exploración lunar, se trata del proyecto Colmena.

Esta iniciativa busca posicionar a México dentro del sector espacial, es decir que el país no sea sólo un consumidor de lo que se hace en el espacio, sino un actor, un generador de servicios.

Inspirados en el funcionamiento de la naturaleza, el investigador Gustavo Medina Tanco y alumnos de la UNAM, son los encargados de desarrollar la misión que permitirá estudiar el suelo lunar a una distancia mucho menor que en anteriores misiones.

El proyecto está integrado por cinco robots de pequeño formato capaces de actuar de manera independiente, comunicarse y trabajar en equipo.

Gustavo Medina Tanco, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM. / Imagen DGCS UNAM

«Mucha de la comida que tenemos hoy en día, ¿de dónde viene?, de millones y billones de abejas que se la pasan haciendo miel, pero en el proceso polinizando, es decir pequeños entes, si quieres pequeños robots, si trabajan en conjunto, si trabajan cooperativamente pueden hacer cosas inmensas, les llevará tiempo, pero lo hacen y lo hacen solos, yo no tengo que ir a decirle a cada abeja vaya a la flor número 728 mil y polinícela, ellas lo hacen y se las arreglan, lo mismo pasa con las hormigas, ellas tienen un plan con el cual trabajan y van y hacen lo suyo, esa es la idea, eso es Colmena» explicó en entrevista, el investigador Gustavo Medina Tanco, responsable de la misión.

Los robots de esta misión fueron desarrollados en el Laboratorio de Instrumentación Espacial, del Instituto de Ciencias Nucleares, de la UNAM. El peso de cada uno es menor a los 60 gramos, miden 12 centímetros de diámetro y se alimentan de energía solar. En relación a su diseño, tienen forma similar al engranaje, su ubicación estará a menos dos centímetros de la superficie del satélite natural de la Tierra y funcionarán como si fueran una unidad de medición independiente, podrán navegar hasta encontrarse entre el polvo regolito, conocido como suelo lunar, que, por sus características similares al vidrio molido, daña los sistemas tecnológicos. Eso es lo que hace especial a este proyecto.

«Y esos robots van a demostrar una serie de cosas desde el punto de la ingeniería, primero que puedan sobrevivir, siendo tan chiquititos y estando completamente expuestos al clima espacial, que puede variar en muy muy frío, o muy muy caliente y tiene radiación. […] Segundo, es que una vez que lleguen ahí sean capaces de navegar, son tan chiquititos y este polvo se comporta de una forma tan extraña que no es para nada trivial ni garantizado que un objeto chiquitito con ruedas se puede mover eficientemente en ese medio», agregó.

Integrantes del proyecto Colmena / Imagen DGCS UNAM

Durante un día lunar, es decir 27 días terrestres, los robots realizarán mediciones nunca antes hechas como de la temperatura de plasma y del tamaño de las partículas en levitación del regolito.

«Después viene la parte científica, que cada uno de estos “robotcitos” pueda ser un instrumento relativamente sofisticado para su tamaño; tienen una serie de sensores con los cuales pueden medir cosas, y aparte de eso emite toda una serie de frecuencias de radio que las intercambia con otra parte de la carga útil de esta cosa que nosotros mandamos que es Colmena», concluyó Medina Tanco.

Imagen DGCS UNAM

Los robots actuarán como una abeja cuando encuentra polen, una vez que detecten algún elemento enviarán señales con diferente frecuencia a la Colmena, es decir el contenedor en el que serán enviados, mismo que permitirá la comunicación con la Tierra. La misión será enviada en la nave Peregrine, de la empresa estadounidense Astrobotic y alunizará en junio próximo.

El proyecto es posible gracias al apoyo del Gobierno de Hidalgo, la Agencia Espacial Mexicana y la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Imagen de portada: Distribuidora Importek