Como parte del proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultura, dentro del museo se realizaron obras de restauración con el fin de mejorar y cumplir con los estándares de conservación y de seguridad en las áreas de exposición
Karen Rivera / Ciudad de México
Desde 1981, el Museo Tamayo presenta lo más significativo del arte moderno y contemporáneo a nivel nacional e internacional. Para mejorar y cumplir con los estándares de conservación y de seguridad en las áreas de exposición, se realizaron obras de rehabilitación en el recinto por medio del proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultura.
«Aquí, a diferencia del Museo de Arte Moderno, fue todo relativamente más sencillo, porque como saben en 2012 el museo tuvo una ampliación, entonces ahí se atendieron muchas de las necesidades que tenía el recinto; sin embargo, sí había varias cosas pendientes que tenían que ver tanto con temas de conservación, por ejemplo, en las bodegas que se tuvieron que atender para el bienestar de la obra y colección que legó el maestro Tamayo como con otro tipo de mejoras que se hicieron al propio edificio», afirmó en entrevista, Magalí Arriola, directora Museo Tamayo.
Las remodelaciones hechas coincidieron con el aniversario 40 del museo y se centraron en la recuperación de los rasgos originales del edificio. Los trabajos incluyeron la reparación y remplazo de los firmes exteriores de concreto en la plaza de acceso, el mantenimiento al auditorio, butacas y equipo audiovisual, la reparación de las cancelerías de los domos y la recuperación de jardineras y áreas exteriores.
«Se atendieron, por ejemplo, los aires acondicionados en bodegas y los espacios de almacenamiento, que eso era muy importante por cuestiones de conservación; se volvió a impermeabilizar absolutamente toda la superficie de los techos del museo; se atendieron algunas filtraciones que había específicamente en oficinas; los domos se volvieron a cambiar los filtros de luz para que no haya rayos UV que puedan afectar a las obras y ese tipo de cosas; y también se impermeabilizaron los taludes del museo para que no hubiera precisamente humedades y filtraciones adentro de las salas».
«Otro de los temas que se atendió fue recuperar la madera original de los pisos y todo lo que es el concreto exterior, los andadores, también había muchas partes que ya por el propio tiempo estaban muy afectadas y mucho también por el crecimiento de los árboles», agregó.
Cada una de las restauraciones del Museo Tamayo se pensaron para el beneficio de la conservación del patrimonio, el resguardo de los archivos, de la comunidad artística y de los públicos que lo visitan.