15N, una jornada cívica por el cambio en Cuba

Este lunes se organizaron movilizaciones en la isla; el gobierno ha calificado esta marcha como ilegal y mantiene a líderes opositores y a periodistas sitiados

Redacción/Ciudad de México

El periodista y columnista de opinión de The Washington Post y Gatopardo, Abraham Jiménez Enoa, cubano radicado en la isla, tuiteaba ayer desde su cuenta:

«Es ya 15N. Sigo sitiado por policías y agentes vestidos de civil. Vecinos me dicen que el operativo de hoy es superior al de ayer. No lo puedo ver desde mi balcón porque un árbol los tapa. Solo veo sus pies. ¿Le temen tanto al periodismo, a que salga a contar la verdad? #SOSCuba»

Para este lunes se tienen prevista una «Jornada cívica por el cambio» en Cuba esto frente a la prohibición del gobierno de dicho país y la amenaza de éste de duras penas de prisión a los manifestantes. La oposición busca un cambio de rumbo y la liberación de los presos políticos.

Desde la cuenta oficial de Miguel Díaz-Canel, se resalta el regreso a clases y el regreso del turismo a la isla, una especie de cortina de humo frente a los hechos previstos y prohibidos por su gobierno para este día.

De acuerdo a lo que informan medios como el Clarín, la jornada de hoy arrancó con cortes de internet y el retiro de acreditación a periodistas extranjeros. De acuerdo a este mismo medio, el 15N significa para los disidentes al régimen cubano, una oportunidad para marchar en las calles de Cuba, luego de la histórica salida a las calles del 11 de julio pasado. Para el gobierno, la fecha marca la vuelta a la «normalidad»: el regreso a la presencialidad en las escuelas y la apertura de las fronteras luego de tres meses de permanecer cerradas debido a la pandemia.

En opinión de Jiménez Enoa, no hay una sola razón para salir a marchar este lunes «La marcha pacífica busca exigirle a la dictadura el cese “de la violencia”, el respeto de “todos los derechos de todos los cubanos”, “la liberación de los presos políticos” y el arribo del país a la democracia», escribe el periodista en The Washington Post. Y es que hasta ahora las marchas ocurridas en 62 sitios de la isla el pasado mes de julio, dejaron 1 mil 200 personas detenidas de acuerdo a la asociación Cubalex, de las cuales más de 600 permanecen aún en prisión.

La marcha fue organizada por la plataforma cívica Archipiélago que convocó a las y los cubanos a regresar a las calles este 15 de noviembre.

De acuerdo a lo que informa EL PAÍS, las autoridades acusan a los organizadores de ser entrenados y financiados por EE.UU. para provocar un cambio de régimen.

La plataforma pidió a las personas que quisieran unirse a la jornada cívica vestir de blanco y no seguir una ruta en específico, esto frente a las amenazas de penas de prisión por parte del gobierno.

En su columna, Jiménez Enoa escribe:

«La estrategia por parte del régimen ante la marcha del 15N es clara: al gobierno no lo pueden volver a tomar por sorpresa como aquel 11 de julio, y para ello es necesario asfixiar al pueblo, desde ya. No es una estrategia nueva, sino más bien su mantra a seguir: cortar la disidencia antes de que florezca. Y mientras siempre han intentado ejecutarlo desde las sombras, ahora se ha vuelto una situación tan imperiosa de atajar que no se les hace posible disimularlo. La decisión tomada por el gobierno de Díaz-Canel se nota en las calles, donde el despliegue policial y militar es desmedido. Al punto de que en las avenidas principales de La Habana es imposible transitar una cuadra sin toparte con varios agentes uniformados o con camiones de tropas especiales o con patrullas de policías».

En contraposición, el gobierno cubano anunció realizaría actividades en las avenidas principales con motivo de la celebración del reinicio escolar y la apertura de la isla al turismo internacional.

Imagen de portada: Marchas en Miami en apoyo a la oposición cubana / El Clarín / AFP