¿Qué está pasando en Nicaragua?

Con la orden de captura girada por el gobierno de Daniel Ortega en contra del escritor Sergio Ramírez, Ortega recrudece la persecución contra sus opositores

Redacción / Ciudad de México

Meses atrás, la situación política en Nicaragua había llegado a un punto alto de tensión cuando el actual presidente Daniel Ortega ordenó la detención de varios opositores a su gobierno. Las detenciones fueron ejecutadas por la Policía Nacional.

La noche de ayer miércoles el Premio Cervantes de Literatura 2017 y ex vicepresidente de dicho país, Sergio Ramírez, fue acusado de «realizar actos que fomentan e incitan al odio y la violencia». Una orden de captura fue girada en su contra así como el allanamiento de su vivienda.

A través de su cuenta de Twitter, la misma noche del miércoles, el escritor hizo la siguiente declaración:

Daniel Ortega ha gobernado Nicaragua desde 2007, a lo largo de tres periodos ininterrumpidos (el tercero concluye en 2022). Pero formó parte de un ejército popular que tomó el poder en 1979. De 1985 a 1990 fue presidente por primera vez, pero entre 1989 y 2006 perdió tres elecciones frente al bloque que ahora intenta retomar las riendas en Nicaragua.

Y es que de acuerdo a lo establecido por el calendario electoral y la ley electoral vigente, el domingo 7 de noviembre de 2021 se llevarán a cabo elecciones generales en este país, en las que estarán en disputa la presidencia, así como 90 diputaciones para la Asamblea Nacional y 20 para el Parlamento Centroamericano.

De acuerdo a lo señalado por Adalberto Santana Hernández, ex director e investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, «en Nicaragua, como en otros países de América Latina, dos bloques están enfrentados: el de la izquierda, representado por el presidente Daniel Ortega, el Frente Sandinista de Liberación Nacional y otras organizaciones, y el de la derecha, representado por diversas fuerzas políticas con distintos precandidatos a la presidencia. Ahora bien, no debemos olvidar que la mayoría de los integrantes del bloque de la derecha intentó dar un golpe de Estado en 2018 para derrocar a Ortega. De ahí viene la presente tensión». Y en palabras del especialista, «el grueso de la población nicaragüense apoya a Ortega y los sandinistas, mientras los sectores conservadores respaldan al bloque de la derecha».

Sin embargo, a través de medios como The New York Times se ha dado a conocer que desde a lo largo del verano han desaparecido o sido detenidos líderes que se oponen al gobierno de Ortega, gobierno que señalan vira hacia una dictadura.

La nota a la que hace referencia este texto apunta al caso de Medardo Mairena quien decidió postularse a la presidencia, «un desafío directo al líder autoritario de Nicaragua». «La cruzada de este último por asegurarse un cuarto periodo sumergió a la nación centroamericana en un estado de temor generalizado», se señala en la nota del mismo diario.

Desde junio de este año, la policía ha encarcelado o puesto en arresto domiciliario a siete candidatos a las elecciones presidenciales de noviembre así como a decenas de activistas políticos y líderes de la sociedad civil, lo cual ha dejado a Ortega desprovisto de un contendiente creíble en la boleta y ha convertido a Nicaragua en un Estado policial, se señala en la nota citada firmada por Yubelka Mendoza, Anatoly Kurmanaev y Alfonso Flores Bermúdez, y publicada el 6 de septiembre de este año.

En contraposición a esta visión, Santana Hernández en una nota publicada por Gaceta UNAM el pasado 9 de julio de 2021, señalaba que debido a que la información que divulgan las grandes agencias de noticias como Associated Press, Europa Press y la Agence France Presse está sesgada hacia posturas conservadoras que defienden al bloque de derecha, la realidad nicaragüense es prácticamente desconocida por la opinión pública mundial.

«Por ejemplo, esas agencias no mencionan que Nicaragua es el país más estable de la región centroamericana. Casi no hay migrantes irregulares nicaragüenses que vayan a Estados Unidos a través de México. Básicamente, los migrantes centroamericanos son de Guatemala, Honduras y El Salvador. Otro dato que pasan por alto es que, en años recientes, el nivel de vida de la población nicaragüense se ha elevado en comparación con el que tiene la población de otros países de la región. Otro es que incluso Estados Unidos reconoce que el Ejército Popular Sandinista ha combatido al narcotráfico mejor que ningún otro ejército en toda la región latinoamericana. Y otro más es que el gobierno ha podido contener la pandemia a tal grado que ha habido menos de 200 muertos a consecuencia de la Covid-19. Éstos son algunos datos que demuestran que en Nicaragua se vive una estabilidad política, una estabilidad política que los sectores conservadores del país y los intereses estadounidenses buscan destruir.»

Con la orden de detención a Ramírez, Ortega eleva la persecución a sus críticos, pues ésta se produce casi tres meses después de que la Fiscalía lo citara presencialmente a su sede para entrevistarlo sobre el supuesto caso de “lavado de dinero” contra la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, una ONG que brindaba apoyo técnico al periodismo y que era dirigida por Cristiana Chamorro, precandidata presidencial que hoy está arrestada.

Ramírez fue mano derecha de Ortega en los años ochenta, cuando ejerció como vicepresidente. En enero de 1995, anunció su renuncia a la militancia en el Frente Sandinista y señaló que la relación con Ortega estaba rota. Dejó la política y se refugió en la escritura. Ha sido y es uno de los críticos más certeros del proyecto autoritario de la pareja presidencial, señala el diario El PAÍS.

En el video publicado en redes sociales Ramírez señala:

«Las dictaduras carecen de imaginación y repiten sus mentiras, su saña, su odio, y sus caprichos. Son los mismos delirios, el mismo empecinamiento ciego por el poder, y la misma mediocridad de quienes teniendo en su puño los instrumentos represivos, y habiéndose despojado de todos los escrúpulos, creen también que son dueños de la dignidad, de la conciencia y la libertad de los demás”, dijo Ramírez. “Como anuncian que van a allanar mi casa, lo que van a hallar es una casa llena de libros. Los libros de un escritor. Los libros de toda mi vida. Soy un escritor comprometido con la democracia y con la libertad, y no cejaré en este empeño desde donde me encuentre. Mi obra literaria de años es la obra de un hombre libre. Las únicas armas que poseo son las palabras, y nunca me impondrán el silencio».

Imagen tomada de ABC Internacional