Hay Festival Querétaro: Hervé Le Tellier y «La anomalía»

¿Qué pasaría si nos encontráramos con nuestro otro yo idéntico? ¿Lo abrazaríamos, lo aniquilaríamos, complementaría nuestra existencia, pondría en duda la esencia única que creemos hay en nosotros mismos?

Ana León / Ciudad de México

El 10 de marzo de 2021 un avión con 243 pasajeros, proveniente de París, aterriza en Nueva York. Tres meses después el mismo avión, idénticos pasajeros aterriza de nuevo en dicha ciudad. Esta es la paradoja que desarrolla el autor y periodista francés Hervé Le Tellier en su más reciente novela, La anomalía (Seix Barral, 2021). En una narración vertiginosa, que echa mano de muchos elementos de la cultura pop y del ritmo del megafilme, Le Tellier nos confronta con una pregunta: ¿qué sucedería si nos encontraramos con nuestro yo idéntico? La figura literaria del doble aparece de nuevo y funciona para poner sobre la mesa dilemas éticos, económicos, políticos, sociales y científicos.

En el marco del Hay Festival Querétaro en su sexta edición que se realizó de forma híbrida, platicamos con el autor en su paso por esa ciudad.

«Busqué trabajar con el “yo mismo”. Hay un buen libro de Italo Calvino que se llama El vizconde demediado, en el que él cortó a un hombre por la mitad, la parte “buena” y la parte “mala”. Es un libro magnífico. Pero mi proyecto es totalmente diferente, yo quiero mostrar la complejidad de la individualidad y que comparándola en tres meses de diferencia podría quedarse igual o cambiar completamente. Esa es la confrontación que me interesó, la confrontación con nosotros mismos, con una experiencia diferente, incluso una vida diferente, porque tres meses son suficientes para cambiar completamente el comportamiento y, en ocasiones, la existencia.»

Dicen que de las paradojas se sale por arriba y para desentrañar esta situación tan compleja donde nos miramos frente a frente con nosotros mismos, Le Tellier retoma la teoría de que cada humano es un programa, un algoritmo complejo, seres virtuales, poniendo en tensión la idea del libre albedrío y la noción de individuo. 

«Una de las palabras clave es algoritmo, es un punto importante del libro. Nosotros somos máquinas complejas, máquinas que no tenemos conciencia de ser máquinas. Nuestra personalidad es construida a partir de dos elementos: el código genético y la manera en que nuestras experiencias nos modifican. Pero incluso el código genético puede modificarse a partir de la experiencia.»

De esos 243 pasajeros que viajan en ese vuelo, el autor desarrolla la historia de ocho de ellos, un pequeño abanico de posibilidades que permite poner en tensión nuestro instinto de supervivencia. ¿Abrazaríamos a nuestro otro yo, lo aniquilaríamos, complementaría nuestra existencia, pondría en duda la esencia única que creemos hay en nosotros mismos?

«Trabajé a la inversa, primero determiné las situaciones, los enfrentamientos y luego armé a los personajes que correspondían a esa situación. Entonces, por ejemplo, es como si yo tengo que confrontarme a mí mismo, si puedo suicidarmen, también puedo matar a otros. Si fui capaz de suicidarme no me detendré a matar a otros. Cada uno de los personajes corresponde, de hecho, a una posible situación de relación consigo mismo.»