¿Cuáles son los procesos por los que pasa la familia de una víctima de desaparición forzada?
Julio López / Ciudad de México
La desaparición forzada en México es un tema serio. Las últimas cifras reveladas por la Comisión Nacional de Búsqueda reportan que de 1964 a la fecha, existen más de 90 mil personas no localizadas en el país, mientras que la Cruz Roja afirma que existen 39 mil cuerpos sin identificar. Aquí es donde toma relevancia la película Sin señas particulares, de la directora Fernanda Valadez, quien desde la ficción de un caso particular nos muestra una crisis nacional.
En entrevista para Noticias 22, Fernanda Valadez comentó que el eje de la película es tomar la perspectiva de un personaje femenino y tocarlo con mucho respeto. «No nos interesaba producir un shock, no nos interesa hablar de la violencia por la violencia, sino hablar de la empatía, del impacto que la violencia tiene en los personajes, el impacto emocional, cómo la violencia destruye y cambia vidas; esa es una reflexión que está debajo de la película», agregó.
El primer acercamiento al tema se remonta a 2011. Al norte del país camiones de pasajeros llegan cargados de bultos y mochilas que nadie reclama, poco a poco se fueron acumulando hasta que llamaron la atención de las autoridades. En el aire flotaba la pregunta: ¿qué pasó con los dueños? La respuesta era obvia: habían desaparecido. Este hecho verídico inspiró la historia de este largometraje.
«Cada uno de los elementos de la película están en alguna nota. Pienso, por ejemplo, en la escena del camión de cuerpos de la SEMEFO, improvisada, porque también tenemos una crisis de cadáveres, esa es una cosa tremenda. Empezamos a escuchar en las noticias por lo del COVID en Estados Unidos, pero es una crisis que nosotros tenemos desde hace muchos años.», explicó la también cineasta, Astrid Rondero.
Sin señas particulares narra el via crucis que emprende una madre que decide ir a buscar a su hijo desaparecido.
El filme se ha convertido en un homenaje para aquellas mujeres y hombres que han emprendido la peligrosa labor de buscar a sus seres queridos. Quienes, en muchos casos, han tenido que desenterrarlos con sus propias manos.
Por su cuenta, la cineasta Mercedes Hernández piensa que «desde que las mujeres somos capaces de parir, que es un dolor subyacente, ese dolor subyacente pervive a lo largo de la vida de los hijos y las madres quisiéramos siempre que las madres no sufran y si está en nuestras manos que ese dolor sea menos, no lo vamos a dudar. Me siento honrada de dar voz y cuerpo a Magdalena; espero que para las madres de los desaparecidos signifique un poco de consuelo y reconocimiento porque hay personas a las que nos importa lo que está ocurriendo en el país.»
Sin señas particulares es un duro relato que muestra una de las peores caras de nuestro país.