Leonora Carrington, una mujer del Renacimiento

A diez años de su muerte, Joanna Moorhead, periodista y familiar de la artista, comparte su vínculo con Carrington y valora su obra en Europa, donde se abre camino

Huemanzin Rodríguez / Ciudad de México.

Leonora Carrington puso un océano de por medio entre su origen y lo que decidió ser. Nacida en 1917 en Lancashire, Reino Unido, a los 20 años dejó la comodidad de su familia tradicional y costumbrista, para poder hacer lo que necesitaba. Primero fue a Francia, donde se vinculó con el ambiente artístico del momento dominado por hombres como Picasso o Miró. Luego, debido a la Segunda Guerra Mundial, viajó Estados Unidos y tras la incertidumbre, finalmente llegó a México donde decidió quedarse.

A diez años de su muerte, Joanna Moorhead, periodista de The Guardian, prima y único familiar británico con quien la artista mantuvo contacto al final de su vida, conversó con Noticias 22 Digital en el predio de Chihuahua 194, en la colonia Roma, hoy Museo Casa Estudio Leonora Carrington, de la Universidad Autónoma Metropolitana.  

Leonora Carrington abandona muy joven el hogar. ¿Cómo se le recordaba?

Cuando era niña, supe que hubo alguien en mi familia que se había ido en circunstancias escandalosas, pero nunca pude conseguir que mi abuela, mi tía abuela —que es la madre de Leonor—, o cualquier otro miembro de mi familia, me hablaran de eso; porque su ida era una historia muy impactante. Así que no sabía nada, no pude averiguar nada. Muchos años después, cuando tenía poco más de 40 años y para ese entonces vivía en Londres, fui a una fiesta donde conocí a una artista, una mujer mexicana y recordé a esta figura de la que no había podido averiguar nada. Recordé que tenía dos cosas sobre ella: una, estaba conectada con el arte y, en segundo lugar, estaba conectada con México. Le dije a esta mujer: “Estoy segura de que nunca habrás oído hablar de la prima de mi padre, desapareció hace muchos años. Realmente no conozco su historia.” Entonces dije su nombre, Leonora Carrington. Y esta mujer dijo: “¡Dios mío! Ella es la artista viva más famosa en México. Debes ir a buscarla. Debes ir a verla «. Y unos meses después, eso es lo que hice.

Me imagino que no fue nada fácil, primero porque décadas atrás ella se alejó totalmente de su familia en Reino Unido; y segundo, porque habían pasado muchos años desde que ella se quedó en México. Cuando la contactó, a principios de este siglo, ¿cómo fue?  

Definitivamente tenía una vida muy diferente. Sí, había dejado Gran Bretaña y nuestra familia, porque Gran Bretaña y nuestra familia no le dieron lo que necesitaba para ser la artista que quería. Ella no hubiera podido convertirse en la persona que fue, con las restricciones que había tanto en nuestra familia como en el país en ese momento. Ella provenía de una familia donde había una especie de obligaciones en torno a ser mujer que significaba casarse y dirigir una casa. Simplemente no había la amplitud de vida que Leonora necesitaba.

En tu libro Leonora Carrington. Una vida surrealista (Turner, 2017), describe más los orígenes de la artista y tu amistad con ella en los últimos años de su vida. Ahí nos cuentas las historias de cuando ella era una niña, la pequeña Prim —como le llamaban en casa— era de carácter fuerte, nació diferente y se esforzó por seguir siéndolo. ¿Cuáles son los referentes familiares de su personalidad?

Como señalas, en nuestra familia le llamaban Prim, por primor, y no parece haber sido un sobrenombre irónico de ninguna manera extraña. Ella era la única niña y tenía tres hermanos. Creo que desde el principio se dio cuenta que a sus hermanos se les permitía hacer cosas que ella no podía hacer y eso ayudó para acrecentar su necesidad por más. Era algo que simplemente no le parecía justo. Curiosamente, ella no es tan inusual como se podría pensar, particularmente en la línea femenina. De hecho, creo que una de las personas de nuestra familia que inspiró a Leonora fue mi tía abuela, su tía, que también se llamaba Leonora. Esa Leonora era monja, no sé cuánto sabes acerca de las monjas, pero a menudo, las monjas son figuras radicales en la iglesia, han tomado decisiones radicales en la vida y por lo que sé de la tía, ella era radical. También había otras mujeres fuertes en nuestra familia.

A veces Leonora y yo solíamos decirnos, con bastante picardía, que eran las mujeres de nuestra familia las que habían hecho algo importante. Ciertamente, los hombres de nuestra familia han sido más convencionales. Creo que las mujeres de nuestra familia eran personas que estaban dispuestas a correr riesgos y también, escribir sobre la familia. Había una larga tradición o historia, una especie de línea femenina que se remontaba a algún otro reino de la historia celta irlandesa. Una tradición matriarcal. Desde ese punto de vista, me parece que se había construido mucho en nuestra familia irlandesa, para cuando llegó Leonora.

Joanna Moorhead, periodista de The Guardian, prima de la artista Leonora Carrington

Joanna, al conocer a Leonora muchas cosas cambiaron en tu vida, la percepción del entorno familiar, lo que sabías de la joven Prim, tu misma visión de México. Estuviste con Leonora Carrington varias veces en sus últimos años de su vida en la colonia Roma. ¿Qué pasó contigo cuando fuiste conociendo más de la artista?

Es cierto, encontrar a Leonora Carrington cambió mi vida por completo. Creo que, las personas con las que hablo sobre el trabajo y la historia de Leonora, tienden a ser personas a las que les agrada y a quienes su obra les habla con mucha fuerza. No es fácil encontrar a gente a la que no le importe. La gente ama el trabajo que ella hizo y su mensaje. Yo definitivamente estoy en ese campo, en mi caso, hay algo increíblemente poderoso en conectar con alguien de tu familia porque encuentras que compartes muchas cosas. Leonora y yo compartimos el sentido del humor, eso es un vínculo muy importante en la vida de cualquiera, ¿no es así? Y cuando me reuní con ella, aquí en esta casa en 2006 y luego las demás veces que vine a verla después de eso, había formas de ser, formas en que ella hacía las cosas, formas en que esperaba que las cosas sucedieran, que pude ver venían de nuestra familia.

Porque en casa, muchas de las personas que se habían ido fueron migrantes, personas muy importantes en mi vida. Mis tías abuelas, mi abuela, mis primas, que fueron influencias muy fuertes para mí. Y, por supuesto, ella no sabía qué les había pasado. Entonces yo pude contarle eso.

Leonora Carrington no estuvo interesada en mantener el vínculo. ¿Cómo funcionó el contacto con ella si no se conocían?

Creo que fueron varias cosas. Obviamente, tuve que encontrarla físicamente, eso no fue demasiado difícil, pero creo que el vínculo con ella se debió en parte, a que no había tenido la oportunidad de estar con muchas parientes mujeres. Ella tiene una nieta que me parece vive en América del Norte, pero creo que a medida que envejeces como mujer —tal vez sea sólo porque he tenido una relación similar con otras mujeres de mi familia—, una pariente femenina puede convertirse en una persona muy importante en tu vida. Y aunque solo estuve aquí tiempos parciales, quería ser esa persona de apoyo. Por supuesto ella tiene hijos que son mucho más importantes que yo, pero cuando estuve aquí, simplemente hicimos las cosas que todos hacen, salimos juntas, fuimos a restaurantes, fuimos a las tiendas, fuimos al banco o lo que fuera que tuviéramos que hacer. Pasamos mucho tiempo sentadas charlando o leyendo. Creo que pude ser, de alguna manera, una compañera para ella al final de su vida.

Es una declaración de principios muy grande la que hace cualquier persona en decidir ir a vivir al otro lado del mundo y rechazar todo. Es una gran declaración de vida, pero creo que creo que una parte de Leonora extrañó Europa, Gran Bretaña y, de hecho, nuestra familia. Esa es mi impresión, lo tengo claro. Por ejemplo, si miras su novela, La trompetilla acústica [FCE 2017, traducción de la original escrita en 1974], lees sobre una mujer de edad muy avanzada que desde hace muchos años está en un país de habla hispana y al final de su vida anhela volver. En mi punto de vista, creo que parte de Leonora anhelaba algunas cosas. Entonces, creo que para ella fue bienvenida tener una conexión con su familia británica al final de su vida. Eso espero, de todos modos ella siempre fue muy amable conmigo. Ella tuvo a bien recibirme y siempre le estaré agradecida.

¿Cómo es su vínculo con la obra de Leonora Carrington?

De alguna manera, es ahora que en mi vida estoy desbloqueando a Leonora a través de su trabajo. Porque cuando ella estaba viva, mi relación era con ella. Por supuesto que entonces vi su trabajo y me interesó mucho, pero ahora está muerta. El único acceso que en este momento tengo a ella, es a través de su trabajo. Así que dedico mucho más tiempo a su obra, particularmente a sus pinturas, que son mis favoritas, especialmente las que hizo en la década de los 1940, pero gran parte de su trabajo es muy interesante. La amplitud de su trabajo es extraordinaria y creo que sus temas son tan pertinentes en nuestro tiempo del 2021.

Habla de las raíces de su familia en Irlanda, y en su obra está esa riqueza de antiguas deidades celtas de la naturaleza. ¿Cómo es percibida su obra en Reino Unido?

En Gran Bretaña, creo que Leonora debería ser más conocida, de verdad. Ahora parece que su reconocimiento va en la dirección correcta, recientemente una galería muy importante en Edimburgo, adquirió una obra suya que es un retrato de Max Ernst. Otras galerías también han requerido obras suyas para exposiciones y conozco a otras que desean adquirir obras de ella. Durante los últimos diez años ya ha habido exposiciones importantes sobre el trabajo de Leonora en el Reino Unido. Creo que se está volviendo más conocida. Uno de los problemas de su legado en Gran Bretaña, es que gran parte de su trabajo se encuentra dispersa entre México y Estados Unidos, en muchas colecciones privadas. Todo eso cambiará en los próximos años, una mayor cantidad de obra llegará a colecciones públicas y será muy bonito si ocurre en colecciones públicas de Gran Bretaña.

Creo que una cosa que no se comprende completamente en el Reino Unido sobre Leonora, es la amplitud de su trabajo. Y sé que, como yo, fuiste a la exposición aquí en la Ciudad de México en 2018, ahí sentí que se mostró la extraordinaria amplitud y variedad de lo que ella estaba haciendo. Ella era escultora, era pintora, era una artista de tapices, era escritora, escribió obras de teatro, diseñó los decorados para las puestas en escena, hizo el vestuario y las máscaras. Quiero decir que ella era una mujer del Renacimiento y no creo que, en Inglaterra, en Gran Bretaña, se sepa lo suficiente de lo que era capaz. Obviamente, quiero cambiar eso.

Me di cuenta de que en mí está parte de ese trabajo. Poco a poco se va cambiando la forma y el panorama artístico y las mujeres artistas, que siempre están subiendo cuesta arriba. ¿Conoces a las Chicas Guerrilla? ¿Lo que publican sobre las mujeres artistas? Mucho de lo que señala ese colectivo anónimo aplica al trabajo de Leonora, su trabajo será incluido en revisiones de la Historia del Arte.

Si, hace unos años entrevisté a las Guerrilla Girls, entiendo lo que menciona sobre Leonora, sin embargo, me parece que hoy su obra y ella como artista, es una poderosa e inspiradora influencia para el tipo de personas que necesitamos ser en este siglo, más allá del género.

Es cierto, esa era la posición de ella.  Me parece que el legado más importante de Leonora, es el modelo a seguir que ha dejado para quien sea capaz de pensar fuera de los límites. Me parece que un tema central de su trabajo son los límites, es el límite entre un objeto animado y un objeto inanimado, entre un ser humano y un animal, entre la vida y la muerte. Ella estaba interesada en ese espacio entre estas cosas. Y creo que, alguien me lo describió así hace unos días, Leonora pudo acceder a otros mundos más fácilmente que muchos de nosotros. Ella podía ver los espacios entre las capas de nuestras vidas, y todas nuestras vidas necesitan algo más que el aquí y el ahora. Necesitamos vislumbrar algo más grande, algo diferente, algo espiritual y creo que ella estaba muy por delante en estos temas que le interesaban en la década de 1940, en temas como la ecología, el feminismo, lo oculto y esta interconexión de la vida. Estos son temas del siglo XXI y creo que su trabajo tiene mucho que dar, tiene mucho que decir y todavía tenemos mucho que aprender de ella. Me parece que buena parte de su legado está en su forma de ver el mundo  

Usted ha participado en las exposiciones con obra de Carrington presentadas en Europa, además de escribir un libro sobre ella. ¿En qué proyectos trabaja actualmente?

Si, estoy trabajando, estoy juntando las piezas. Estoy por comenzar un libro sobre la historia de Leonora a través de los espacios que hizo suyos y alentaron su espíritu, los espacios donde ella encontró dónde trabajar. Esta casa en la que estamos ahora será una gran parte de ese libro, pero había otros espacios muy importantes en su vida. Volviendo al comienzo de su vida, estuvo muy influenciada por las casas en las que creció, particularmente una casa en Lancashire llamada Cookie Hall, que estaba en una gran casa antigua gótica. Luego, otra casa llamada Hazelwood Hall donde vivió cuando era adolescente y luego otro espacio muy importante en su vida fue una casa en la que también tuve la suerte de pasar bastante tiempo en el sur de Francia. Y en esa casa, vivió con Max Ernst durante dos años al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Y allí creó, como hizo en esta casa, algunas de sus mejores obras, así que estoy mirando eso. Ese es mi proyecto actual.

Y uno de los grandes legados en mi propia vida de conocer a Leonora, es cuántas personas vienen a mí o se ponen en contacto conmigo porque están haciendo un doctorado o están interesados en ella, o simplemente quieren escuchar algo sobre ella. Leonora estaría sorprendida pero también muy agradecida, de que la gente hoy se preocupe tanto por ella.

¿Existe alguna nueva exposición a inaugurarse pronto?

Bueno, está la exposición más grande que conozco que se está planeando actualmente para Europa. Se supone que estaría exhibiéndose ahora mismo, pero por la pandemia, se pospuso hasta 2023. Esa exposición se celebrará en España, creo que en Madrid y Málaga; y de ahí irá a Copenhague. Será una exposición muy importante.

Todas las imágenes Ireli Vázquez Torres.