La exposición que Sofía Probert montó en el MUCA Roma y que no logró ver la luz, ahora se puede visitar en línea; la ilustradora y bióloga construye una reflexión crítica sobre la mirada antropocéntrica entorno a la biodiversidad
Redacción / Ciudad de México
Treinta y cuatro cuadros, treinta esculturas, nueve bordados, dos murales, dos collages, apuntes y un video componen Bio in situ, la muestra de Sofía Probert, ilustradora y bióloga, que tenía como fecha de inauguración el 19 de marzo de este 2020. Como muchas otras cosas que se quedaron en el camino debido a la pandemia, esta muestra no pudo abrir sus puertas al público. Ahora, la página del MUCA Roma, museo sede de la misma, la ha digitalizado y se puede recorrer en línea.
Con estos trabajos, Probert propone repensar la relación con el mundo natural a partir de una reflexión crítica sobre la mirada antropocéntrica en torno a la biodiversidad, los seres vivos y la naturaleza. Es así que Bio in situ «se propone como una metáfora de la naturaleza circundante que ha quedado incompleta y en ocasiones nulificada ante la falsa idea de un progreso que centra su atención en la urbanización que solo piensa en el capital; una metáfora que exige el reconocimiento de una interferencia subjetiva para la investigación científica», se lee en la página del museo.
Probert, nacida en México en 1999, desde su formación como bióloga y su perfil como ilustradora, fusiona la ciencia dura con la subjetividad del arte para crear un discurso que no sólo se alínea hacia crear conciencia acerca de las consecuencias de la depredación humana sobre el planeta, sino a la recuperación del entorno natural, su preservación y una armónica relación con la Tierra como medio de acción frente a otras problemáticas como la violencia de género y la violencia a través de la cual se manifiesta, en múltiples formas, la dictadura del capital.
«A partir del acto de dibujar, Probert representa una gama más amplia de experiencias, que involucran la fotografía, el collage y el bordado, lo mismo que la escritura, que abarca una revisión editorial y la reescritura de algo que forma parte y se ha borrado ante fenómenos como la gentrificación o la restricción de un pensamiento dicotómico. Lo difícil y lo incompleto deberían ser acontecimientos positivos que nos obliguen a repensar nuestra comprensión del mundo, deberían estimularnos como no pueden hacerlo la simulación ni la fácil manipulación de objetos completos que responden tan solo al consumo inconsciente; reclama el poder natural por sobre lo artificial como fuente de empoderamiento para criticar la persistencia de un sistema que no se dirige a conocer la verdad de la naturaleza, sino a utilizarla como un recurso ilimitado de dominación, abuso y explotación.»
Su práctica la define como «un acto de libertad y de resistencia al no definirnos solamente como un área de conocimiento. Estoy en contra de esta hiperespecialización del conocimiento. Me interesa muchísimo descifrar la relación que tenemos con la naturaleza y con el arte porque es un poco lo mismo. Apreciamos a la naturaleza casi de la misma forma que apreciamos una obra de arte y me interesa muchísimo la posibilidad de relacionar un estudio objetivo como la ciencia, con un estudio subjetivo, que al final, metiéndote realmente en las áreas de conocimiento acaban siendo lo mismo porque las dos tienen una estructura muy objetiva y muy formal. Entonces sí, mi práctica es un poco combinar las dos áreas para llegar, además, a una percepción mucho más compleja de la realidad.»
Aquí puedes leer una entrevista con ella:
Y aquí puedes acceder a Bio in situ: https://my.matterport.com/show/?m=xDJwgQvw6dK