Benito Taibo, Yásnaya Aguilar y Lydia Cacho, moderadas por Kirén Miret, reflexionaron acerca de la situación de las y los niños frente a la pandemia y la responsabilidad del estado para garantizarles, antes que todo, una vida libre de violencias
Ciudad de México (N22/ Ireli Vázquez).- A lo largo de la historia de la humanidad y hasta la actualidad han existido personas que han luchado, incluso con su propia vida, para que futuras generaciones puedan gozar de libertades, equidad, tolerancia, justicia y uno de los más importantes, el derecho a una vida digna.
Por ejemplo, hace 65 años las mujeres mexicanas emitieron su voto por primera vez en elecciones federales. Con esto, no sólo inició la igualdad en la participación política, además se abrió la oportunidad de decidir sobre su vida y la posibilidad de ser electas parar estar en cargos de representación pública.
Los niños son otro sector de la población que durante mucho tiempo fue oprimido, fue hasta 1990 que en México se ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño, por lo que quedó obligado a adoptar todas las medidas administrativas, legislativas y de cualquier otra índole para dar efectividad a los derechos reconocidos en ella a favor de todos los niños, niñas y adolescentes del país (Información de la Secretaria de Gobierno de México).
Sin duda alguna, la importancia de conocer su voz, sus opiniones y dar a conocer las dificultades por las cuales pueden pasar muchos de ellos es un tema importante para toda la sociedad. Claro ejemplo de esto, es que es uno de los temas más tocados dentro de las actividades de la Feria Intencional de Libro de Oaxaca 2020 (FILO 2020).
Con la conversación Hablemos sobre los derechos de la niñez, Kirén Miret, como moderadora; Benito Taibo, Lydia Cacho y Yásnaya Elena A. Gil, expresaron su sentir y puntos de vista ante el tema de derechos en los niños, como la libertad de expresión y de ser libres, así como su derecho a la cultura y la educación en tiempos de covid-19. Una de las primeras preguntas que realizó Miret, fue ¿cómo saber cuál es el límite para educar y limitar? Ésta fue respondida por Benito Taibo, «es una pregunta que siempre se han hecho. Existe una convención sobre los derechos de los niños hecha por la UNICEF, donde deja claro los derechos, son de 54 artículos que acaba siendo farragoso y que limita en determinar las obligaciones que los Estados deben tener ante los niños: el derecho a la educación, a la salud, a la vida libre de violencia, entre otros, pero en ningún momento se habla del derecho a la felicidad que implica todo eso que mencioné antes, pero también en educación como lo sentimental. Se han puesto muchas reglas claras de cómo el Estado debe comportarse frente a la niñez, cómo deben comportarse padres y maestros, pero creo que también la educación de los niños depende de la comunidad, donde todos los que están alrededor. […] Estamos viviendo tiempos oscuros y violentos, niños maltratados, niños esclavizados, niños soldados, niños que se han convertido en halcones, por lo tanto, creo que primero el Estado tiene que subsanar estas primeras capas para llegar a esta parte del derecho a los libros, a un derecho a la cultura y a una vida imaginativa plena, pero tiene que ser una vida libre de violencias. Sin esa vida, todo lo demás es un accesorio que me puede parecer inútil», explicó.
Desde hace más de una década, Lydia Cacho documenta desde el periodismo de investigación la corrupción y su encubrimiento, de parte de políticos y empresarios que han creado una red de explotación sexual de niñas, niños y adolescentes en México. Y siempre ha buscado que a los niños se les garantice el cumplimiento de sus derechos.
Dentro de la charla, Cacho se proclamó en contra de lo que la sociedad ha hecho con los niños, así como el cómo poder ayudarlos. «Creo que todas y todos tenemos una responsabilidad enorme. En mi experiencia con niñas y niños soldados, los cuales han sido capturados por el narcotráfico, yo documenté 30 mil niños, particularmente varones, solamente en tres estados de la república, particularmente en Chihuahua, para el cultivo de la amapola, y estos niños son secuestrados, y los pocos niños que se han logrado rescatar y el trabajo que se hace con ellos es justamente ese el de ayudarles a imaginar un futuro diferente.»
Asimismo, un tema importante dentro de la conversación fue: ¿cómo se puede garantizar los derechos de los niños en tiempos de pandemia por covid-19 y sobre todo la educación? Yásnaya explicó que «… ciertos indicadores como acceso a internet o incluso en libros no cancela la posibilidad de que la maravillosa tradición oral esté alimentando nuestra imaginación y llevando educación».
«Por un lado, se está haciendo un ciclo muy negativo que está generando un problema de salud pública, de salud mental, sobre todo para padres y madres de familia que sienten que ellas y ellos no tuvieron acceso a la educación formal […], y luego tienen a estas personas adultas que no tiene la capacidad para poder llevar esta educación formal a sus hijos e hijas en el hogar. Creo que todos estos fenómenos tendríamos que estarlo estudiando porque en cinco o seis años vamos a tener que hacer libros sobre esto y vamos a tener que escuchar a los jóvenes para saber cómo lo vivieron, para saber cómo se transformó la cultura de la niñez a partir de estas brechas», mencionó Cacho.
La Organización de las Naciones Unidas, recoge diez derechos de los niños, los cuales son: Derecho a la vida, Derecho a la educación, Derecho a la alimentación, Derecho al agua, Derecho a la salud, Derecho a la identidad, Derecho a la libertad de expresión, Derecho a la protección, Derecho a la recreación y esparcimiento, y Derecho a tener una familia. Ante este decálogo, y haciendo un análisis de sus derechos, el futuro y el cambio climático, Yásnaya Aguilar, enfatizo que, si bien el derecho a una vida digna, al agua y a la alimentación son fundamentales, estas futuras generaciones deben de ser fuertes, pues serán las más golpeadas por el cambio climático, y que espera que se tomen acciones ante esta situación.
La conversación completa la puedes ver aquí: