Allí se hace una labor de documentación y catalogación, y sus materiales suman 95 mil fotografías y 20 mil películas, entre muchos otros documentos bajo su resguardo
Ciudad de México (N22/Julio López).- Uno de los secretos mejor guardados de la Filmoteca de la UNAM es su Centro de Documentación un lugar en el que un pequeño ejército de trabajadores reconstruyen pedazos de la historia, joyas invaluables que han logrado sobrevivir al paso del tiempo.
Es difícil imaginar que este proyecto inició como una pequeña biblioteca que ahora tiene bajo su resguardo 9 mil carteles, 95 mil fotografías archivadas y catalogadas, 7 mil fotomontajes, cada uno compuestos por varias imágenes, 20 mil películas en su videoteca, 230 mil registros en su hemeroteca y 18 mil títulos en su biblioteca. Igual de inabarcables son las historias y anécdotas que giran en torno a estos archivos.
Antonia Rojas, jefa del Departamento de Documentación
«Cuando eso sucede entramos en este compromiso, tanto como profesional como moral de rescatar todos esos materiales, ponerlo en las mejores condiciones posibles, de digitalizar para que se pueda tener el acceso a la colección, al fondo, a esa información.»
En el marco de su 60 aniversario la Filmoteca de la UNAM muestra al público algunos de sus más destacados logros como La carpeta hemerográfica de Fernando de Fuentes donada por su familia en 2008, compuesta por recortes de periódicos, programas de mano, fotografías de rodaje, caricaturas, reseñas y críticas de las películas de Fernando de Fuentes.
«Curiosamente en esa carpeta hay un anuncio publicitario o varios más bien de El anónimo que es una de las películas que se consideran de las diez más buscadas de la Filmoteca. Durante mucho tiempo se pensaba era algo que no era verdadero.» Ésta es la capacidad que tiene el Centro de Documentación, de cruzar información hemerográfica con fotografías o anécdotas que se creen leyenda.
Su labor de restauración es la cereza del pastel. Una muestra es el trabajo realizado con el cartel monumental, de dos metros de alto por uno de largo, de la película Purity estrenada en el año 1916.
«El cartel es un grabado impresionantemente hermoso, y ese cartel forma parte de otras colecciones de carteles monumentales que necesitan ser restaurados, pero éste por ser el más dañado de todos se eligió para que se restaurara y quedó bellísimo.»
Los materiales son prácticamente inagotables y diversos, pues también tienen timbres postales, cartas y carteles poco comunes. Antonia Rojas se ha sumergido en estos archivos por mas de 35 años y aún está lejos de conocerlos a profundidad, pues siempre hay algo nuevo que descubrir.
El miércoles 8 de julio, la Filmoteca alcanza sesenta años de labor.
Imágenes cortesía de la Filmoteca de la UNAM