El documental Cosas que no hacemos, de Bruno Santamaría, es atravesado por la pregunta: «¿Qué significa crecer con libertad a pesar de saber que existen robachicos, militares o el narco?»
Ciudad de México (N22/Julio López).- Cosas que no hacemos, es la segunda película como director de Bruno Santamaría, un documental filmado a lo largo de cuatro años en la Riviera de Nayarit, en la pequeña isla de El Roblito, un lugar que parece casi sólo habitado por niños pues los adultos salen a trabajar todos los días a pueblos cercanos. Esta historia ha sido seleccionada para participar en el Festival Hot Docs que realizará en línea a final de mes.
Bruno Santamaría, cineasta
«Entre todos estos niños había uno que era un poco mayor, lo conocí de 13, pero lo dejamos cuando tenía 17; se juntaba con niños de 8 años de 7, y eso llamaba nuestra atención. Nos empezamos a acercar a él, a entrevistarnos con él y en el proceso de cuatro años, este niño se llama Arturo, “Ñoño” le dicen, empezó a compartirme que tenía un secreto que lo hacía estar con los niños y estar más cómodo y eso era que él quería vestirse de mujer.»
Como sucedió en su documental anterior, Margarita, el director es uno de los protagonistas de la historia. Se involucra de lleno con los personajes, asegura que lo que más le interesa es capturar la vida cotidiana de los niños y para lograrlo necesitaba interactuar con ellos.
Si bien la comunidad es machista y conservadora, esto casi no se percibe, pues la historia se cuenta siempre desde la perspectiva de los niños. Sin embargo, hay un tema ineludible para Ñoño, tendrá que confrontar a su familia para cumplir sus sueños.
«En pocas palabras, digamos, que la cámara fue una especie de escudo, pero creo que a Arturo sí le dio valor para atreverse a contar eso que ya hacía a escondidas.»
Cosas que no hacemos tenía más festivales en puerta. En Argentina iba a participar en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires y en México participaría en el Festival de Guadalajara pospuesto hasta nuevo aviso, y en la Gira de Documentales Ambulante que ahora se va a realizar en línea.
«En ese sentido, en México tuvimos que tomar una decisión porque Guadalajara por cuestiones del patronato decía que si una película se estrena en línea, se considera como un estreno comercial y como tal ellos nos pidieron tomar la decisión de estar en Ambulante o de estar en Guadalajara. Al final vamos a esperar el estreno en Guadalajara.»
Este es un llamado de atención para directores y productores pues, por estrenar en línea, podrían cerrase la puerta de otros encuentros cinematográficos. También es un llamado para los festivales que deben adaptar sus reglas a la situación que se vive en el mundo.