Muchas propuestas culturales independientes ya sea espacios, librerías, editoriales, entre otros, se han unido a #CrisisCompartida; otras tantas, se mantienen lanzando propuestas en solitario
Ciudad de México (N22/Ana León).- ¿Cómo afrontarán la crisis sanitaria los equipos de propuestas culturales independientes? ¿Cómo resistir a este escenario cuando ya de por sí el de la vida cotidiana no es tan fácil de encarar? ¿Cómo mantenerse a flote? Muchas propuestas culturales independientes en “condiciones normales” sortean el ya de por sí no tan fácil camino de la supervivencia. Editoriales, espacios de reunión para presentaciones de libros, librerías, se enfrentan ahora a la suspensión de actividades “no necesarias” decretada por la Secretaría de Salud.
Como vemos en redes y como seguro lo experimentan en la experiencia personal, ¿cómo pasar estos momentos de encierro —aquellos que tienen la fortuna de poder hacerlo— sin leer un libro o ver una película o escuchar música o ver la ópera, sin el teatro, sin la danza? Más que nunca, se evidencia el valor que tienen las artes y las propuestas culturales para sensibilizarnos, para salvarnos del aislamiento y acercarnos a otras realidades, mantenernos en comunidad ahora que se cuestiona la figura del otro, cuando el miedo al otro, empieza a [re]surgir.
Nos hemos acercado a algunas propuestas culturales para conocer cómo afrontan estos días difíciles. Aquí, la sexta de ellas.
Film Club Café
Raúl Ojanguren, nos escribe que «Film Club Café es un cineclub, es un foro de conciertos, es una galería, un pequeño espacio cultural que surge tras la intención de establecer un lugar, al norte de la ciudad, en el que se pudieran compartir la pasión por el cine, la música, el arte, la lectura, los juegos de mesa, la navegación por la red, un rico café y muchas otras delicias. El concepto se sustenta bajo la idea de compartir. La dinámica propia del lugar, con múltiples servicios y renovación constante, y lo amigable del servicio se prestan para conocer gente o encontrar eco a las propias inquietudes.»
¿En qué situación estaban antes de la crisis sanitaria? ¿Cómo vislumbraban el panorama respecto al funcionamiento de su propuesta?
Aprovechando la paradoja de que en el norte de la ciudad no existen espacios culturales, pero ciertamente hay muchos artistas, intelectuales y demás público interesado en la cultura, el Film Club Café se ha convertido no sólo en el espacio que los norteños esperaban para no tener que atravesar la ciudad a ver una buena película o convivir con personas de intereses afines, sino también un lugar frecuentado y recomendado por gente de todas partes de la ciudad.
Film Club Café en el mes de abril está cumpliendo 14 años de haber abierto sus puertas en 2006.Como toda propuesta cultural nos hemos enfrentado a muchos obstáculos, pero hemos permanecido y resistido creando una comunidad, no de clientes, sino de amigos que han encontrado en este espacio un segundo hogar.
Luego de la contingencia, ¿cómo ha cambiado ese panorama?
Al acercarse la amenaza del contagio fuimos cancelando eventos, primero los conciertos y más adelante también las proyecciones. Los cursos y talleres también se fueron cancelando. Finalmente, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, así como las establecidas por nuestro gobierno, decidimos cerrar totalmente. Aún cuando la venta de alimentos y bebidas son una parte esencial para el sustento del espacio, a diferencia de otros negocios que permanecen abiertos, nosotros tomamos la decisión de no ofrecer productos para llevar, ni para entrega a domicilio. Creemos que esa es una pequeña ventana de riesgo que preferimos no dejar abierta.
¿En qué momento empezaron a cambiar su dinámica de trabajo? ¿Cómo se modificó ésta? ¿Qué medidas han tomado para, de alguna forma, seguir operando?
A partir del 30 de marzo, cuando se anunció el cierre de actividades no esenciales y haciendo caso a ese importante tema, Film Club Café cerró sus puertas para celebrar su decimocuarto aniversario sin gente durante el mes de abril.
De manera inmediata surgió la idea de hacer un llamado de solidaridad a la comunidad que rodea este proyecto. La gente desde su casa puede apoyar DONANDO ( https://bit.ly/fcc_donar ); PREPAGANDO CONSUMO ( https://bit.ly/fcc_prepagar ) O COMPRAR UNA MEMBRESÍA ( https://bit.ly/fcc_newmember ). De esa forma podemos mantener vivo este espacio.
Mientras tanto estamos preparando y planificando cursos online que promoveremos para los siguientes meses y actividades de entretenimiento que se puedan hacer desde las redes sociales.
Mucho empieza a llevarse en digital y en entrega a domicilio, se ha terminado, por ahora, el encuentro físico, la reunión, ¿creen que luego de la crisis sanitaria éste será un modelo que predomine? Se había resistido un poco ya.
Podemos especular sobre los cambios que traerá esta crisis, pero realmente no sabemos cómo vaya a ser el mundo después de esto. En lo personal creo que más gente se abrirá a las plataformas digitales, si antes la gente dudaba de tomar un curso o una capacitación online, eso ya habrá sido superado; si antes la gente tenía desconfianza de realizar un trámite, un pago bancario, una compra de un producto a través del internet, eso también habrá sido superado; si antes las empresas creían que sus trabajadores no podían trabajar desde casa, eso también habrá demostrado lo contrario. De manera forzada hemos tenido que entrar a este cambio y sin duda muy buenas cosas resultarán de ello.
Por otro lado, el encuentro físico, la reunión, la atención personalizada, también se está convirtiendo en algo de primera necesidad. Yo creo que la gente volverá a los espacios que amaba con más gusto aún y con una mayor conciencia respecto a la importancia que tienen las demás personas. Realmente espero descubrir que podemos ser más empáticos que antes, más solidarios, más agradecidos por las cosas que tenemos y más desapegados de las que nos sobran.
Este momento ¿los ha obligado a replantearse la forma en que se genera cultura, propuestas culturales y que se llega a la gente?
Film Club Café siempre ha estado rodeado y cobijado por muchos artistas, cineastas, músicos, escritores, artistas plásticos, etcétera y es sorprendente ver cómo a pesar de la situación de todos –la mayoría estamos viviendo al día, sin prestación alguna, sin ningún tipo de seguridad–, nos las estamos ideando para seguir haciendo lo que sabemos hacer, lo que nos gusta hacer y lo que creemos que podemos aportar a nuestro entorno social. En este justo momento todos los que hacemos la cultura de este país nos estamos replanteando cosas, nadie se quiere bajar de la cuerda floja aún ahora cuando soplan estos fuertes vientos.
Vienen cosas buenas para los que sepan adaptarse a los cambios.