Un encuentro en La Hostería la Bota desde la multidisciplina e interdisciplina que busca recuperar la palabra y su sentido
Ciudad de México (N22/Huemanzin Rodríguez).- Año con año, en La Hostería la Bota, que está en el callejón San Jerónimo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se celebra el Festival Poesía por Primavera. Un acto que convoca a diversas voces que piensan en la poesía como algo más allá de los libros y los versos. En esta ocasión, el festival que suele celebrarse todo un fin de semana, coincide con el Día Internacional de la Mujer y eso ha provocado un cambio en su propuesta. Antonio Calera, escritor, editor y artífice de esta iniciativa, ha diseñado junto a Melisa Arzate, la propuesta de la edición 2020.
«Tenemos proyectos de arte aplicado, de diseño gráfico –que vive un momento muy especial de comunicación directa con contenido franco. Son 62 escritores, más de 50 proyectos editoriales alternativos e independientes, con ocho talleres infantiles, música, teatro y performance y, sobre todo, algo muy importante, con la participación de artistas, educadores, intelectuales y pensadores. Será un festival distinto a otros, más multidisciplinario e interdisciplinario. Junto con la historiadora del arte, Melisa Arzate y yo, pensamos que la gente puede ser proclive a hablar de la corrupción, sobre la vejación sistemática de los ciudadanos y preguntarnos cuál es el estado del humanismo actual. ¿Por qué el capitalismo a expulsado al humanismo y a las ciencias sociales de sus aparatos? Creo que son temas que nos van a ayudar a que los filósofos, los pedagogos y demás invitados –más allá de poetas y narradores–, nos den ideas en la plaza pública, y nos inviten a generar en conjunto un pensamiento crítico en un espacio abierto y libre sobre estos temas que nos están cruzando como una herida, el cuerpo social del país.»
El Festival Poesía por Primavera se celebrará el sábado 7 y el domingo 8 de marzo. Eso ha marcado también su programación, como nos cuenta Melisa Arzate:
«Cuando empezamos a preparar el festival yo le dije a Calera: Me subo al barco sólo si está dedicado en particular a la lucha que las mujeres de este país estamos llevando a cabo por justicia, por la posibilidad de transitar de nuevo en libertad en el espacio público y también por la vida privada. No es un homenaje ramplón ni cursi, sino buscamos dar voz a creadoras de todas las disciplinas, a activistas de todas las áreas y movimientos posibles, a que siempre encuentren en este espacio un micrófono abierto. Dentro de la agenda tenemos a mujeres tan notables como Betsabé Romero, Adriana Calatayud, Minerva Hernández, que se unen porque aquí no queremos hacer separación de géneros, con otros artistas masculinos como Demián Flores o Alejandro Magallanes, si hablamos de artes visuales y plásticas. En literatura están Natalia Toledo, Rocío Cerón, Zazil Collins; desde el activismo está Estefanía Veloz, en fin, una serie de voces que se unen para que desde lo femenino construyamos la tribuna en la plaza pública, a través del diálogo y la impartición de talleres, con la creación de obras para sitio específico –Betsabé Romero ocupará el espacio público. Lo que queremos es que las mujeres encuentren aquí una tribuna, donde también se exija justicia y libertad. Ojalá esas mujeres que estén en la manifestación del domingo 8 de marzo se unan aquí y encuentren en el “Festival Poesía por Primavera” una coda, para redondear ese clamor en la comunidad. Es un gesto ritual. Pienso en esto no como un festival cultural, sino como un acto ritual de recuperación del espacio público y de recuperación del sentido ciudadanía que nos pertenece a todos.
La Hostería la Bota desde hace tiempo se ha convertido en un centro de encuentro para personas que buscan crear comunidad a través del pensamiento y la expresión artística. Este espacio es también, en buena medida, un centro cultural alternativo que permite un festival como éste, como lo explica Antonio Calera:
«Decía Octavio Paz que la crítica es el microscopio de nuestra inteligencia. También decía Paz que la democracia es un sistema donde el pueblo es rey, pero un rey que necesita anteojos, es un rey miope. Es esa miopía que nos hace ver fragmentados, como un ser frankesteiniano. Tenemos que quitarnos esa miopía y vernos de nuevo como un cuerpo entero y eso llegará con una mayor educación más potente, cuando los sistemas neoliberales nos permitan otra vez aprender a vernos con toda la memoria histórica que nos fue arrebatada. La matanza de nuestras mujeres, tienen que ver con la matanza de natura, la matanza de Coatlicue, de Tonantzin, nuestra madre está siendo herida. Y estos tajos se dan, se permiten, no solamente por la corrupción y la impunidad de los gobiernos corruptos y miserables, se dan también porque nosotros como ciudadanos no hemos podido aprender a endurecernos, aprender a erguirnos, a ver otra vez de nuevo el poder de nuestro relato cultural. Hacer la estructura social nos obliga a hermanarnos en este objetivo, primero para darnos una cara, y luego, para exigir la de los gobernantes. Nuestra actualidad tiene un victimario preciso, pero también otro no visible, más estructural que coyuntural y tiene que ver con la educación. Y estos espacios en donde tienes la oportunidad de dirimir con el otro, de alcanzar la otredad más distinta, ayudará a solidificar más esto. Y hacer articulaciones de un nuevo cuerpo mexicano, eso es lo que queremos hacer en este festival.»
¿La poesía nos rescata?
-Lo que hay que hacer es un cuenco, una guarida para protegernos. Para detener la fecha de la más vulgar modernidad. En la medida en la que frenemos, que nos demos cuenta de que no es el capital, que no es la utilidad, que no son las jornadas sin horarios y que el humanista vuelva a ser una personalidad más connotada y que pese más que un molusco en esta sociedad, entonces las cosas van a empezar a cambiar. Decía Derrida: “Al mundo hay que frenarlo.” No necesitamos más este neoliberalismo que nos está destartalando a esta velocidad. Nos obligaron a ser más rápidos y más fuertes, pero para una competencia descarnada para la supervivencia. No, merecemos del ocio, del solaz y del relato. En la medida en que nosotros volvamos a darle volumen a las historias de las ensoñaciones de la poiesis. La poesía no necesariamente tiene que ver con hacer versos, tampoco la idea de poiesis como una cosa fabril del Homo-faber. No, tiene que ver con la capacidad de la creación, no de mímesis-imitación, sino la capacidad para la creación.
Cuando nuestros creadores estén otra vez insertos en la sociedad, cuando no se les vilipendie, cuando también tengan asistencia social, habrá otro mundo posible. Eso es lo que intentamos aquí, como decía Rimbaud: “Cambiar la vida y salvar el mundo”.
Logos significa palabra y también pensamiento, tenemos que volver a encontrar primero como una pica, luego como un castillo, el poder de su evocación y desmembrar la palabra sintética y empresarial. Celebramos el “Festival de la Poesía por Primavera” en el mismo fin de semana en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, a sabiendas que el lunes 9 habrá un paro, una de las cosas que queremos subrayar es que los poetas son los protectores del sentido de la palabra, no es un paro de mujeres, es el flujo de nuestra sangre otra vez para nuestro país.