Con 95 años, muere Ernesto Cardenal; Nicaragua declara tres días de luto por su deceso
Ciudad de México (N22/Redacción).- El poeta y sacerdote nicaragüense, Ernesto Cardenal, falleció este domingo en Managua a causa de complicaciones de salud. Tenía 95 años y era símbolo de la poesía y rebeldía de Nicaragua.
En su cuenta de Facebook, Sergio Ramírez, político, escritor y periodista, premio Miguel de Cervantes:
«Al morir Ernesto Cardenal (1925-2020) pierdo a un hermano mayor, amigo entrañable y vecino de muchos años, un guía moral, un modelo literario, y con él se va parte esencial de mi propia historia.»
Cardenal estuvo comprometido con la Revolución Sandinista (1979-1990) y fue uno de los más destacados exponentes de la Teología de la Liberación. Durante la Revolución Sandinista se desempeñó como Ministro de Cultura.
Escribió El evangelio en Solentiname (1975), pero diez años antes había fundado Solentiname, parte de un movimiento espiritual, político y artístico en un archipiélago al sur de Nicaragua, en un lugar remoto del Gran Lago de Nicaragua.
En 1983, en la visita de Juan Pablo II a Nicaragua, Cardenal fue reprendido por éste debido a su situación, no estaba de acuerdo con que sacerdotes ejercieran puestos de gobierno. Meses después, éste ordenó la suspensión a divinis de Cardenal lo que le impidió el ejercicio del sacerdocio por casi 35 años. Esto fue revocado en 2019 por el Papa Francisco.
Se mantuvo fiel a sus principios: la poesía, la revolución y el sacerdocio, pese a haber nacido dentro de una de las familias más respetables de Nicaragua. Declaró al ser reconocido con el Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía:
«Mi poesía tiene un compromiso social y político, mejor dicho, revolucionario. He sido poeta, sacerdote y revolucionario.»
«Aunque no esté escribiendo poesía, el trabajo manual, que incluye limpiar inodoros, es una práctica de estilo, porque la humildad y sencillez de estos trabajos seguramente perfeccionará mi estilo literario, dándome más sencillez, claridad, expresión directa», escribió.
En 1994 renunció al Frente Sandinista y y se convirtió en un feroz crítico de Daniel Ortega y es que éste, a sus 74 años, está lejos de aquel idolatrado luchador por la libertad que llegó a ser. Debido a su postura crítica fue acosado judicialmente; sin embargo, se hizo oír en 2018 durante las protestas de abril por las que se acusó de crímenes de lesa humanidad al gobierno de Ortega.
El 17 de febrero de 2019, ya plenamente readmitido al sacerdocio, volvió a impartir misa, asistido por el nuncio papal en Nicaragua que le comunicó el perdón del Vaticano.
Tiempo, yo te odio. Aunque sin ti no existiera.
Y por tu pasar moriré aunque por tu pasar nací.
Como San Francisco de Borja yo quiero ahora
amar a alguien a quien no toque el tiempo
y que alquilemos un cuarto donde la noche no pase
ni se apaguen uno a uno los anuncios de neón.