De iguala a Ayotzinapa. La escena del crimen es un libro publicado por la editorial Grano de Sal, en el que los investigadores Fernando Escalante y Julián Canseco muestran la construcción simbólica que se edificó sobre estos sucesos
Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- ¿Cómo interpretó la prensa y la opinión pública los acontecimientos del 26 y 27 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero cuando desaparecieron 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa? Esa es la pregunta de la que parten los investigadores de El Colegio de México, Fernando Escalante y Julián Canseco para realizar el libro De iguala a Ayotzinapa. La escena del crimen. En el que muestran la construcción simbólica que se edificó sobre estos sucesos a partir de los medios de comunicación, de expresiones de expertos y expresiones callejeras.
Fernando Escalante, investigador:
«Es frecuente que se hable de lo que sucedió en Ayotzinapa y que se diga que no se puede repetir lo que pasó en Ayotzinapa. Bien, en Ayotzinapa no pasó nada, sucedió en Iguala y allí, en ese desfase, comienza una construcción imaginaria. Tratamos de explicar ¿por qué?, ¿por qué se distorsionaron de esa manera los hechos de aquella tarde-noche en Iguala?»
Julián Canseco, egresado de El Colegio de México:
«Este no es un libro sobre lo que pasó esa noche, en Iguala, sino cómo interpretamos esa información. Si alguna certeza podemos tener después de esta investigación es que hay problemas fundamentales en la forma en la que interpretamos los acontecimientos en México.»
Fernando Escalante, investigador:
«¿Qué podemos saber? Uno: hay en general en la prensa y en la opinión mexicana un profundo desprecio por los hechos, parecen no importar los hechos y se puede decir casi cualquier cosa. Eso lo podemos decir con absoluta seguridad.»
Los investigadores se apoyan en el concepto antropológico del estadounidense Marshall Sahlins, que explica cómo se construye culturalmente un acontecimiento y es a partir de tres etapas: en la primera, las personas protagonistas son investidas de importancia simbólica; en la segunda, éstas cometen un acto que puede emitir un discurso o incluso matar; y en la tercera, la carga simbólica de las personas y el acto cometido tienen importancia abstracta, lo que pude incorporarlos al orden cultural.
Fernando Escalante, investigador:
«Y en este caso concreto, resulta que se construyó al revés, de decir “sabíamos qué significaba la masacre antes de saber qué había pasado”. Hay un automatismo en la opinión mexicana que desconfía sistemáticamente de cualquier información que provenga de las autoridades públicas. Esa desconfianza es la que abre el espacio para todas las especulaciones.»
De iguala a Ayotzinapa. La escena del crimen es una publicación de Editorial Grano de Sal.