¿Qué tan necesario era la implementación de un nuevo sistema de pago?, ¿cómo nos beneficia a los usuarios? y, sobre todo, ¿qué sucederá con todos los plásticos desechados?
Ciudad de México (N22/Ireli Vázquez).- En la Ciudad de México se han implementado diversos sistemas de transporte público, con el fin de que la ciudadanía pueda trasladarse a sus destinos en el menor tiempo posible. Desde la creación del Trolebús en 1951 hasta el próximo Cablebús que se inaugurará en julio de 2020. En consonancia, la ciudad ha ido sufriendo cambios acorde al desarrollo tecnológico y las necesidades que requiere la capital para poder brindar un servicio de calidad.
Con todos esos avances, en junio de 2006 el Sistema de Transporte Colectivo Metro, implementó la modalidad de pago a través de tarjetas recargables, que posteriormente sirvieron para el Metrobús, el Tren Ligero y el sistema de EcoBici. Una modalidad que cambió completamente la forma en que la gente se podría trasladar en el transporte público. Ahora, la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México trae a la ciudadanía la Tarjeta de Movilidad Integrada, una tarjeta que puede usarse en toda la red de transporte público.
Pero ¿que tan necesario era la implementación de un nuevo sistema de pago?, y sobre todo ¿cómo nos beneficia a los usuarios?
Nadjeli Babinet, directora de Coordinación Estratégica de la Secretaria de Movilidad de la Ciudad de México, explicó en entrevista que, «la nueva Tarjeta de Movilidad Integrada, ingresó al sistema de transporte en octubre del año pasado y puede ser usada en el Metro, Metrobús y Tren ligero, así como en EcoBici, Bici estacionamientos, el Trolebús de Eje Central y posteriormente en los demás trolebuses y autobuses de la Red de Transportes de Pasajeros (RTP), además del nuevo Cablebús». Asimismo, explicó que la idea de contar con una nueva tarjeta surge de dos razones: «la primera es una razón de información a las personas usuarias, las tarjetas viejas por tener la imagen solamente de un sistema, una imagen del Metrobús, del Metro o de EcoBici, hacían creer a la gente que solo podían hacer uso de un transporte y generaba confusiones; la segunda, es una razón de seguridad, así como homologar la tecnología en todos los organismos.»
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con apoyo de datos proporcionados por las Rede de Transporte Público de la Ciudad de México, sólo en el mes de noviembre del año pasado, el Sistema de Transporte Colectivo Metro transportó 137.999 millones de personas, la Red de Transporte de Pasajero (RTP) trasladó a 13.9 millones de personas, Metrobús transportó 33 mil 299.1 pasajeros, el Tren Ligero 2 mil 216, y el Trolebús transportó 3 mil 546 pasajeros. Lo que podría hacer funcional esta nueva modalidad de pago.
En total, se han comprado alrededor de 8 millones de tarjetas nuevas, de las cuales ya la mitad han sido vendidas o intercambiadas por las personas usuarias del sistema, Nadjeli Babinet mencionó que se espera que en el siguiente mes se puedan tener nuevos usuarios que puedan comprar la otra mitad de la tarjetas, con el fin de tener una buena experiencia dentro del transporte público.
Sí bien lo que se busca es homologar a todos los sistemas, aún falta pensar en las personas que llegan a la Ciudad de México por un día o un determinado lapso de tiempo, así como que el método de recarga aún no es funcional para todos los sistemas de transporte.
«La idea con esta tarjeta, si bien es remplazar las tarjetas viejas, porque tiene una imagen y una información más clara y más segura, no queremos que éste sea el único medio de pago del transporte, lo que estamos haciendo con todo el mantenimiento, lo validadores, máquinas de recarga, etcétera, es modernizar el sistema de pago, ¿para qué?, para facilitar la experiencia de los usuarios, esto significa que, por ejemplo, los nuevos validadores de RTP o nuevos validadores de trolebuses no sólo puden leer la tarjeta, sino que están abiertos a otras formas de pago para evolucionar en el futuro, para que alguien que viene sólo una vez a la ciudad, tenga otras alternativas para poder pagar sus viajes», explicó.
Recargas ilícitas
Uno de los problemas que han generado las recargas ilegales es que el Metro y el Metrobús padecen una fuga de ingresos. De acuerdo con la directora del STC Metro, Florencia Serranía, al día un millón de usuarios no pagan su acceso, por lo que el boquete sería de cinco millones de pesos diarios.
No es nuevo que dentro de las redes sociales se vean a personas ofreciendo tarjetas recargadas con un saldo total de 120 pesos, con un costo de 60 pesos y una tarjeta vacía. ¿Cómo estas nuevas tarjetas van a combatir este abastecimiento ilícito?
La directora de Coordinación Estratégica mencionó que «el combate a las recargas ilegales es un proceso bastante amplio, esta tarjeta lo que nos permite es saber como gobierno, dónde se están siendo recargadas; sin embargo, también tenemos que hacer actualizaciones en nuestros sistemas de validadores, de máquinas de recarga, de venta de las taquillas para que ellos también detecten dentro de las tarjetas dónde fue recargada, cuáles pueden aceptarse, cuáles no. Es un proceso bastante complejo que llevamos un año trabajando, es un cambio tecnológico que se está haciendo a nivel global, si bien representa un incremento que estuvimos subsidiando durante los últimos meses, hoy en día ya con el coso de 15 pesos, realmente hay una autosustentabilidad de estas tarjetas con mejor tecnología.»
¿Y el medioambiente? ¿Qué pasa con todos los plásticos que salen de circulación?
Actualmente la preocupación es por todos los plásticos que se desechan en grande. Sólo basta con recordar la ley que entró en vigor a partir del 1 de enero, donde se prohíbe el uso de bolsas de plásticos de un solo uso. Y aunque en este caso el plástico es diferente, surgen la duda de ¿qué va a pasar con las tarjetas viejas, cuando se implemente por completo este nuevo sistema?
«Ese sentido vamos a explorar con la Secretaría de Medio Ambiente qué se podría hacer para reciclar las tarjetas y generar incentivos de reciclaje de los plásticos. Eso estamos explorando dado que tenemos que ver por el tipo de plástico y también porque las tarjetas tienen un chip. ¿Qúé es lo que se puede hacer con las tarjetas?, eso es algo que estamos analizando y una vez que las tarjetas dejen de funcionar podremos comunicarlo a la población», concluyó Nadjeli Babinet.