Los migrantes y la Guardia Nacional

De los casi 500 migrantes que intentaron cruzar la frontera sur de nuestro país 402 fueron «rescatados» y llevados a las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM); enfrentan la posibilidad de ser deportados

Ciudad de México (N22/Redacción).- En medios internacionales como el diario El País y la BBC, se ha señalado el cambio en la política presidencial respecto a la llegada de los migrantes y su paso por México rumbo a EEUU. Se menciona pues que recién tomada posesión de la presidencia por Andrés Manuel López Obrador, el gobierno repartía, en enero del 2019, pulseras humanitarias que permitían a los migrantes transitar libremente por México. Ante la llegada inminente de caravanas a la frontera sur del país el pasado lunes, la Guardia Nacional, impidió su paso.

En la comparecencia del martes, por parte del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, señaló que «la Guardia Nacional se comportó conforme a los ordenamientos que se les han dado. No tenemos heridos. No tenemos una situación que lamentar. Y bueno, a pesar de las pedradas que se recibieron y de una situación muy tensa, podemos decir que si alguien tenia intención de provocar, no lo consiguió. Si alguien busca violencia no la va a encontrar».

Una semana antes, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, declaró enfática que «México no era país de tránsito y que no darían «salvoconductos» a los migrantes», frente a los hechos suscitados el lunes en el paso fronterizo del río Suchiate en Chiapas, señaló que la instrucción era «respeto a los derechos humanos de los migrantes».

En este intento de centroamericanos por cruzar la frontera: 402 fueron «rescatados» y llevados a las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM), desde donde enfrentan la posibilidad de ser deportados. Otros 40 decidieron volver a Guatemala, según el INM, mientras que 58 más se internaron a la zona selvática cercana y estaban siendo buscados por las autoridades la noche de este lunes. Se contabilizó que alrededor de 500 personas intentaron cruzar la frontera, según datos del gobierno y de acuerdo con información publicada por la BBC.

Aunque la política es «respeto a los derechos humanos de los migrantes», el gobierno mantiene una política de freno a las rutas de migración a EE.UU. ante la presión del presidente Donald Trump.

En su cuenta de Twitter personal, el Vicepresidente de la comisión permanente del Congreso y diputado de Morena, Porfirio Muñoz Ledo, señalo que «La salvaje agresión cometida por la Guardia Nacional contra refugiados hondureños y la aprehensión de más de 400, es una violación al Art 11 de la Constitución y de los tratados internacionales que hemos suscrito. Ese vandalismo configura varios delitos que deben ser perseguidos.»

Por otro lado, como se lee en una nota publicada por el diario El País, «para Tonatiuh Guillén, responsable del Instituto de Migración Mexicano durante los primeros seis meses de Gobierno de López Obrador, los eventos del lunes representan «una colisión de dos grandes tendencias. Una, la persistencia de condiciones sociales dramáticas en Honduras, en términos de violencia y pobreza y de un estado irresponsable, que obliga a los migrantes a moverse; y dos, una gran fuerza geopolítica que ha sido impulsada por el Gobierno de Trump, de reducir los flujos migratorios. Es decir, una necesidad de migrar y otra a cerrar la frontera».»

Luego de detener el flujo migratorio ¿qué sigue? ¿Hacia donde apunta la estrategia de gobierno respecto al tránsito de migrantes centroamericanos por México, al respeto a derechos humanos o ceder ante las presiones del gobierno de EEUU?

En la misma comparecencia de ayer martes, Marcelo Ebrard señaló que «un tercio de los migrantes que han llegado a México en la última caravana será repatriado «de manera voluntaria». El resto, añadió, se acogerá a una de las «opciones» que les da el Gobierno, que pasan por solicitar el estatus de refugiado o acogerse a uno de sus programas de empleo. Esta última opción contempla aceptar un empleo promovido por el Gobierno mexicano en alguno de los países del triángulo norte de Centroamérica, Guatemala, El Salvador u Honduras. «Son muy pocos los países en el mundo que reciben a los migrantes con la cantidad de opciones que da México: todas las opciones que le damos son voluntarias».»

Imagen: El País / AFP